Holanda vuelve a dar la espalda a la Unión Europea. Uno de los países fundadores ha rechazado el tratado de asociación entre los 27 y Ucrania. Es el único país que todavía no lo ha ratificado y se vuelve a producir la misma situación que en 2005 cuando Holanda rechazó vía referéndum la Constitución Europea.
Esta vez los ciudadanos holandeses estaban llamados a las urnas para votar, algo de menos enjundia, la futura integración de Ucrania en la Unión, pero el contexto político hace que la decisión sea una seria advertencia del euroescepticismo.
La convocatoria fue promovida por la formación de extrema derecha Partido por la Libertad, y apoyada por el resto de partidos euroescépticos. Geert Wilders, líder del partido ha capitalizado el referéndum y los resultados, augurando que es el comienzo del fin de la Unión Europea. La votación ha tenido un escaso poder de convocatoria apenas ha superado el 30% de participación, nivel obligatorio para que sea tenido en cuenta. Pero el ‘no’ ha arrasado con un 61% de los votos frente al 38% del ‘sí’.
El Gobierno de coalición de Mark Rutten, formada por conservadores y socialdemócratas, sólo se volcó en el referéndum la última semana para restar importancia a la convocatoria. El referéndum no es vinculante y el primer ministro anunció que solo tendría en cuenta la convocatoria si había una elevada participación. El resultado concede la victoria a Wilders y una gran dosis de confianza para las elecciones generales de 2017, cuando dispute las elecciones con Rutten.