El presidente de Francia, François Hollande, se la juega a una carta en materia laboral. Prometió que no se presentaría a unas nuevas elecciones, que se celebrarán el próximo año, si no baja el desempleo. Con una tasa de paro que supera el 10% y que se sitúa en los niveles más altos en quince años, […]
Dirigentes Digital
| 18 ene 2016
El presidente de Francia, François Hollande, se la juega a una carta en materia laboral. Prometió que no se presentaría a unas nuevas elecciones, que se celebrarán el próximo año, si no baja el desempleo. Con una tasa de paro que supera el 10% y que se sitúa en los niveles más altos en quince años, no baja lo suficientemente rápido para cumplir con su palabra. Actualmente, hay 600.000 más de parados que cuando se alzó con la presidencia en 2012.
El presidente adelantó en Navidades que uno de sus principales objetivos iba a ser combatir el desempleo y hoy ha presentado su plan de coche que contempla una inversión de 2.000 millones para la formación de trabajadores e incentivar la contratación.
La mitad de ese presupuesto, conseguido mediante medidas de ahorro y no a través de un aumento de impuestos, se dirigirá a financiar un plan de formación adicional para 500.000 parados, el doble que en 2015, especialmente en sectores como el digital y la transición energética.
Hollande también recuperó la fijación de topes en la indemnización por despido improcedente, una medida lanzada el pasado junio pero censurada posteriormente por el Consejo Constitucional porque en ese momento la compensación no era igual para todos, sino mayor para los trabajadores de las grandes empresas.
Otra parte importante del presupuesto será destinada en ayudas a las pymes. Toda compañía de menos de 250 empleados que contrate a un parado de forma temporal o indefinida obtendrá una prima anual inmediata de 2.000 euros durante dos años.