Renovado por completo hace poco más de año y medio, el nuevo X-Trail muestra un aspecto robusto y atractivo por fuera, que encaja bien con las tendencias estilísticas del mercado. Su apariencia es la de un auténtico todoterreno, sin embargo, no son esas sus pretensiones, pues para ello en la gama Nissan ya cuentan con […]
Dirigentes Digital
| 10 ene 2016
Renovado por completo hace poco más de año y medio, el nuevo X-Trail muestra un aspecto robusto y atractivo por fuera, que encaja bien con las tendencias estilísticas del mercado. Su apariencia es la de un auténtico todoterreno, sin embargo, no son esas sus pretensiones, pues para ello en la gama Nissan ya cuentan con el Pathfinder. Bajo esa imagen poderosa encontramos un vehículo polivalente, que cumple bien su cometido familiar y, en todo caso, permite excursiones fuera de carretera siempre que no sea por rutas extremas, ya que aunque la altura libre al suelo y otro tipo de cotas le faciliten sortear determinados obstáculos, en esta versión ni siquiera se ofrece la tracción a las cuatro ruedas.
En la gama X-Trail se puede elegir entre un motor diésel de 130 caballos de potencia y este de gasolina que probamos, con 163 caballos. La variante 4×4 sólo está disponible con el motor de gasoil, lo mismo que la caja de cambios automática de variador continuo (similar a la de los ciclomotores). Con el propulsor de gasolina las únicas elecciones posibles son el tipo de acabado y la configuración para cinco o siete plazas. Nosotros hemos elegido ésta última, junto con el equipamiento más completo, el Tekna, que entre otras cosas incluye la tapicería de cuero, los asientos calefactados regulables eléctricamente, la ayuda al aparcamiento mediante una cámara de 360 grados y sensores delante y detrás, los faros de LED, el climatizador dual, un navegador 3D con pantalla táctil de 7 pulgadas, conexión Bluetooth para móvil o las llantas de 19 pulgadas, que contribuyen a esa presencia elegante y musculosa.
Con todos estos elementos, el habitáculo transmite una sensación de lujo discreto, al que contribuye la utilización de materiales de una calidad bastante correcta en las zonas más visibles, una impresión que no se ve confirmada si profundizamos en la parte inferior, donde se utilizan en exceso los plásticos duros de tacto poco refinado.
Amplitud interior
Otro punto favorable es el espacio, generoso en las plazas delanteras y en la segunda fila de asientos que, además, se pueden desplazar longitudinalmente de forma individual hasta 26 centímetros. Con ello conseguimos adaptar la configuración a las necesidades de cada momento, bien dejando un hueco enorme para las piernas o limitándolo para ganar capacidad de carga en el maletero o moviendo lo necesario cada butaca para permitir el uso de las dos plazas adicionales de la tercera fila.
Para acceder a esos dos pequeños asientos extra se requiere cierta agilidad, aunque esto no debería suponer mayores problemas, pues están pensados únicamente para niños por las limitaciones de espacio que hay. Eso sí, chavales que no superen el metro cincuenta de estatura irán acoplados como reyes y, además, todavía queda una franja aprovechable en el maletero. Por cierto, la capacidad del mismo se reduce en 105 litros respecto a la variante de cinco plazas pero, aun así, sigue siendo lo suficientemente amplio. Esta versión probada cuenta con un sistema para dividir la carga que permite dieciocho combinaciones diferentes, lo que abunda en esa versatilidad por la que destaca el modelo.
Desde el punto de vista de la conducción, el veredicto también es positivo. La posición al volante es cómoda y dominamos la calzada desde una altura superior a la de un turismo, un factor que a muchos les da seguridad y que es parte del éxito de ventas que tienen estos vehículos conocidos como SUV. Una vez en marcha, comprobamos que las suspensiones son confortables y absorben bien las irregularidades de la calzada. Para la amortiguación se ha elegido un tarado más bien blando, lo que hace que con las características y peso del X-Trail los balanceos de la carrocería en curvas y los cabeceos al frenar y acelerar sean más acusados que en coches más compactos, como por ejemplo, su exitoso hermano, el Qashqai, que mide 27 centímetros menos de largo. En cualquier caso, el comportamiento en carretera es bueno, con un tacto de conducción agradable.
Fácil de llevar
En rutas de montaña, con curvas encadenadas, la tendencia natural del coche es a arrastrar ligeramente el eje delantero en apoyos fuertes, lo que se conoce como subviraje, un vicio que se corrige sin mayores problemas levantando ligeramente el pie del acelerador. Esta versión probada también ofrece de serie un sistema denominado Chassis Control, que no sólo ayuda a paliar esos efectos sino a reducir los mencionados bamboleos de la carrocería, aplicando de manera automática y selectiva los frenos para equilibrar el comportamiento.
El motor de gasolina es silencioso, funciona con suavidad y permite circular a bajas revoluciones sin que se produzcan ningún tipo de vibración o tirones. Sus prestaciones no son espectaculares y por debajo de las 3.000 revoluciones su fuerza es limitada pero, a cambio, siempre responde de forma progresiva y no se echa en falta una potencia mayor para el estilo de conducción familiar que encaja con este modelo. Utilizando de forma adecuada la transmisión manual de seis marchas a la que va asociado, se consigue un rendimiento correcto. La palanca de cambios ofrece un tacto peculiar, al que uno acaba acostumbrándose. Es necesario moverla con decisión entre una y otra marcha, porque hay como una pequeña resistencia antes de encajar la siguiente velocidad, pero transmite bien el instante en que ha sido engranada.
Como decíamos, esta variante es la más cara y completa de las que ofrece Nissan con el motor de gasolina. A cambio tiene un equipamiento de serie completísimo, un aspecto impecable y una funcionalidad grande para sus 4,64 metros de longitud. Aquellos que no necesiten las siete plazas y se conformen con un interior algo más sencillo podrán encontrar versiones de este modelo a partir de los 25.000 euros.