Los gobiernos de Malasia e Indonesia han emitido un comunicado conjunto para anunciar que ofrecerán ayuda humanitaria a los 7.000 refugiados que se encuentran a la deriva en barcos pesqueros abandonados por las mafias en el golfo de Bengala, después de un toque de atención de la ONU. Se establecerán un refugio temporal para todas […]
Dirigentes Digital
| 20 may 2015
Los gobiernos de Malasia e Indonesia han emitido un comunicado conjunto para anunciar que ofrecerán ayuda humanitaria a los 7.000 refugiados que se encuentran a la deriva en barcos pesqueros abandonados por las mafias en el golfo de Bengala, después de un toque de atención de la ONU.
Se establecerán un refugio temporal para todas estas personas, aunque no está decidida su ubicación. Ambos países se ha comprometido a acogerlos pero solo durante el plazo de un año para después ser repatriados. Además, han pedido ayuda financiera internacional para dar asistencia humanitaria.
Durante los últimos meses Malasia, Indonesia y Tailandia han impedido que los inmigrantes lleguen a sus costas devolviendo las embarcaciones a alta mar. Según cifras de ONU, alrededor de 7.000 personas están a la deriva en el golfo de Bengala a bordo de barcos pesqueros en pésimas condiciones y sin alimentos. Gran parte de los inmigrantes son rohinyá, una minoría musulmana que huye de la persecución que sufre en Birmania, país que no les reconoce la ciudadanía y del que zarpan muchos de los barcos que operan las redes de tráfico de personas. La reunión de cancilleres se celebró un día después de que varias agencias de la ONU instaran a los gobiernos de los tres países a proteger a los refugiados atrapados en el mar, facilitar su desembarco y dar prioridad a la protección de vidas humanas.
Las cifras del éxodo son trágicas, alrededor de 88.000 personas han salido de Myanmar, antigua Birmania. Solo en los primeros meses del año se cifra en 25.000 refugiados. Se cuentan las muertes por miles porlas malas condiciones del viaje y el maltrato sufrido a manos de los traficantes.