Actualmente, muchos jóvenes se están erigiendo como "influencers". Es decir, personas que cuentan con crediblidad sobre un tema en concreto y que hacen de ello, su profesión. Las plataformas son muchas: YouTube, Blogs, Instagram, etc. Sin embargo, el camino hacia el éxito está lleno de trabas legales: contratos, negociaciones, derechos de imagen, estrategias comerciales, reclamaciones, […]
Dirigentes Digital
| 08 may 2016
Actualmente, muchos jóvenes se están erigiendo como "influencers". Es decir, personas que cuentan con crediblidad sobre un tema en concreto y que hacen de ello, su profesión. Las plataformas son muchas: YouTube, Blogs, Instagram, etc. Sin embargo, el camino hacia el éxito está lleno de trabas legales: contratos, negociaciones, derechos de imagen, estrategias comerciales, reclamaciones, etc.
Carlota Corredoira, abogada en Metricson especialista en propiedad intelectual y derecho digital, analiza los aspectos clave que todo influencer debe tener en cuenta:
1. Protección de la marca y los derechos de imagen
Como es lógico, los derechos de imagen de un influencer son, desde el primer minuto, el valor mayor con el que cuenta y contará durante toda su carrera digital. Cualquier youtuber o blogger debe tener en cuenta que si alguien quiere utilizar su imagen, por ejemplo, su cara en una camiseta, tendrá que contar con su consentimiento a través de un contrato y, en función de su poder de negociación, incluso tendrá que pagar por ello. Lo mismo ocurre con otros elementos que se consideran también parte de su imagen, como por ejemplo la voz o el nombre. Además, es importante saber que la protección no debe quedarse en la imagen, sino que debe extenderse a cualquier marca, signo distintivo o incluso expresiones e imágenes que utilice el youtuber.
2. Ser consciente de los derechos sobre los vídeos, textos o contenidos
Tal y como destaca Carlota Corredoira, es importante que un blogger o youtuber sea plenamente consciente de que es autor de lo que crea (ya sean vídeos, imágenes, textos…). Por esto, es quien decide qué se hace con ello, tanto si elige compartirlo libremente como si prefiere exprimirle el máximo rendimiento económico posible. Para que el tiro "no salga por la culata", es esencial que el influencer sepa con exactitud qué derechos sobre sus contenidos se están cediendo en las plataformas utilizadas (Youtube, Blogspot, Instagram…), y qué derechos piden que se cedan cuando se sienta a negociar con, por ejemplo, una productora o una empresa.
3. Gestionar adecuadamente la reputación online
Al estar continuamente expuestos a la opinión pública, los influencers suelen verse inmersos en situaciones complicadas que pueden conllevar un prejuicio de reputación. "Lo cierto es que muchos de los ataques que reciben a través de la red los influencers caen dentro de la ilegalidad llegando a constituir auténticos delitos (por ejemplo, y muy frecuentemente, delitos de acoso)", comenta Corredoira. Es importante también recordar que por el hecho de ser una persona pública, un influencer tendrá que soportar determinadas opiniones o expresiones que caigan dentro de la libertad de expresión.
4. Lo que no es legal en la calle tampoco lo es online
A pesar de que Internet puede producir sensación de impunidad, es necesario tener mucho cuidado de no delinquir y conocer bien los límites de lo que puede ser un delito y lo que no. Con ello se debe evitar incitar al odio o a la discriminación por motivos de género, circunstancias personales, etc. Igualmente, deben evitarse los contenidos en los cuales se ataque, aunque sea en tono humorístico, el honor, la intimidad o la imagen de las personas. Es necesario tener en cuenta que el riesgo de recibir una denuncia por ello aumenta exponencialmente con el alto número de visitas. Otro de los puntos importantes a tener en cuenta es que se deben respetar los derechos de propiedad intelectual e industrial. En principio, aconsejamos pedir consentimiento siempre antes de utilizar música u obras de un tercero o acudir a un banco de imágenes o de música.
5. La privacidad: esa eterna desconocida
Puede que alguien que aún no ha alcanzado la fama no vea el inconveniente en hacer públicos sus datos personales a través de la red. "Sin embargo, más vale ser previsor ante la rapidez con la que golpea el éxito en Internet y cuidar los datos que permiten identificar a uno en el mundo no virtual desde un inicio", afirma Corredoira. Es necesario tener en cuenta que se deben respetar también los datos personales de otras personas: cuidado con hacerlos públicos en vídeos o posts sin contar previamente con su consentimiento por escrito para ello.