Sin duda alguna, para que ese rebote se consolide, el primer ingrediente debe ser que Mario Draghi no decepcione al mercado. Algo que los expertos ponen en seria duda, sobre todo porque parte de las medidas que puedan anunciarse ya han sido recogidas por los inversores. "El Ibex podría alcanzar los 9.200 puntos salvo que […]
Dirigentes Digital
| 08 mar 2016
Sin duda alguna, para que ese rebote se consolide, el primer ingrediente debe ser que Mario Draghi no decepcione al mercado. Algo que los expertos ponen en seria duda, sobre todo porque parte de las medidas que puedan anunciarse ya han sido recogidas por los inversores.
"El Ibex podría alcanzar los 9.200 puntos salvo que las noticias de Bruselas no fuesen satisfactorias, lo que provocaría dejarlo en los 8.500 puntos, complicando la situación de rebote que estamos viviendo", indican los analistas de XTB.
Desde el Departamento de Análisis de Bankinter insisten en que ya está que subirá el actual QE desde 60.000 millones de euros al mes hasta aproximadamente 80.000 millones de euros al mes y que, además, volverá a recortar su tipo de depósito -10 puntos básicos, hasta -0,40%. "Hay una moderada esperanza de que amplíe la clase de activos que compra hacia bonos corporativos, pero eso tiene una elevada complejidad política en Europa". A juicio de los expertos, el desenlace más probable es que Draghi ahonde en las medidas ya conocidas, con lo que "conseguiría un impacto muy limitado o nulo. Por eso el mercado está cogido con alfileres".
La prudencia se impone también en las recomendaciones de las grandes firmas de Wall Street. "A menos que los beneficios empresariales comienzan a mejorar, el valor para los activos más sensibles a la economía, como las acciones, siguen limitados", advertían en una reciente nota los analistas de HSBC, que se sumaba así a los mensajes de otros gigantes como Citigroup, que la pasada semana ya aseguraba que las probabilidades de una recesión global siguen aumentando. Por su parte, JPMorgan Chase recomendaban a los inversores aprovechar el rebote para seguir vendiendo acciones, citando también un empeoramiento en las perspectivas para el crecimiento económico, los beneficios empresariales y el riesgo inminente de recesión.
Para Christophe Donay, director de análisis macroeconómico de Pictet WM, hacen falta al menos uno de tres cambios fundamentales para desencadenar un rally duradero en los mercados. "En primer lugar el precio del petróleo debe sostenerse alrededor de 45 a 50 dólares/barril, pues aumentaría la inflación y disminuirían los riesgos de impago entre empresas de energía", explica, asegurando que "para reequilibrar oferta y demanda, la producción diaria tiene que reducirse en alrededor de 1,5 millones de barriles, lo que puede llevar varios meses".
El segundo factor que observa el experto para desencadenar un rally duradero es también la reversión de las políticas monetarias de los bancos centrales de economías desarrolladas, "incluyendo un movimiento hacia territorio positivo de los tipos de interés del BCE y Banco de Japón para los depósitos de los bancos". Algo que parece poco probable a corto plazo.
Y en tercer lugar, apunta a la necesidad de un nuevo mix de políticas económicas, incluyendo componente fiscal, a fin de disipar presiones deflacionarias en el mundo desarrollado. "Al respecto la cooperación internacional ayudaría. Pero nada sustancial ha surgido de la reunión del G-20 del 26 y 27 de febrero y no parece inminente", critica.
"En ausencia de estos cambios los rebotes en los mercados de valores son posibles, pero débiles y de corta duración", advierte Donay, insistiendo que las medidas anunciadas por el BCE para marzo son clave. "Es muy poco probable que revierta la política monetaria en curso, pero otras medidas como la extensión de compras de activos, como deuda empresarial, puede ayudar a tranquilizar a los mercados, al menos temporalmente".
Otra de las evidencias de la fragilidad del sentimiento inversor es el apetito por los activos refugio. Desde JP Morgan AM recuerdan cómo el oro, una fuente tradicional de tranquilidad en tiempos revueltos, lleva una subida de un 16% en el año, siendo su mejor comienzo de año desde 1980.
"Los bonos de gobiernos globales también están comenzando bien el año, con una subida del 3.0% en lo que llevamos de 2016 (su comienzo más sólido desde 1993)", explican. "El hecho de que los inversores estén dispuestos a invertir en una clase de activo en la que más del 25% de los bonos ofrecen una TIR negativa (y por lo tanto garantizan una pérdida en términos nominales si se mantienen hasta vencimiento) muestra que todavía no nos encontramos en una situación libre de incertidumbres", insisten.