Junio de 2006. Es la fecha desde la que EEUU no ve una subida de tipos en la política monetaria de la Fed, sin cambios en el precio del dinero desde diciembre de 2008, cuando el organismo los rebajó hasta el mínimo histórico del 0%-0,2 y 5%. La divergencia entre los bancos centrales ha marcado […]
Dirigentes Digital
| 06 jul 2015
Junio de 2006. Es la fecha desde la que EEUU no ve una subida de tipos en la política monetaria de la Fed, sin cambios en el precio del dinero desde diciembre de 2008, cuando el organismo los rebajó hasta el mínimo histórico del 0%-0,2 y 5%. La divergencia entre los bancos centrales ha marcado claramente el devenir de los mercados financieros en los últimos años. Y todo apunta a que, con permiso de Grecia, así seguirá haciéndolo en los próximos meses, con Europa, China y Japón más en el lado de la balanza de los estímulos.
Bajo este escenario, los expertos coinciden en que los inversores deben seguir teniendo muy presente estos distintos caminos, a medida que se acerca el primer movimiento al alza por parte de la Fed. Es cierto que la debilidad de los datos estadounidenses correspondientes al primer trimestre, pese a ser temporal, ha contribuido a que se retrase el comienzo del ciclo de ajuste en los EEUU. Y desde Pioneer Investments anticipan que "pese a que prevemos que la Fed se mantendrá a la espera por el momento, la primera subida de los tipos podría producirse en el cuarto trimestre, en función de la solidez de la recuperación y de los datos de la inflación".
En su último informe de estrategias multiactivo, la firma considera que "el ciclo de subidas seguirá dependiendo de los datos, y las posteriores se decidirán paso a paso". Tal y como indican, "el mercado laboral ha mejorado de forma constante: las cifras correspondientes a las nóminas para el mes de mayo muestran unas ganancias sólidas, sobre todo en el sector de los servicios". Y hasta el momento, la inflación subyacente ha sido muy moderada y el descenso del desempleo únicamente ha tenido un efecto limitado sobre la dinámica de los salarios, "pero prevemos que la mejora del mercado laboral influirá pronto en los datos salariales".
Mientras, en la Unión Europea prevén que el programa de adquisiciones del BCE continúe hasta septiembre de 2016, tal como se había anunciado, con una concentración anticipada antes del verano. Del mismo modo, el Banco de Japón "continuará con su nivel actual de adquisiciones, durante el tiempo que sea necesario para conseguir y mantener su objetivo de estabilidad de los precios".
Bajo este escenario divergente, los expertos han elaborado una estrategia de inversión, en la que los bonos soberanos de los principales países no ocupan precisamente una posición favorable. "Ofrecen escaso valor incluso tras la reciente recalificación, pero la continuidad de las adquisiciones por parte del BCE y la dinámica de inflación todavía frágil en la zona euro deberían mantener los tipos de interés en niveles próximos a los actuales durante los próximos meses".
A su juicio, "el aumento de la volatilidad podría ofrecer oportunidades para las operaciones de valor relativo". Y apuestan por un aplanamiento de la curva estadounidense, "ya que la ampliación de la duración y la búsqueda de rendimiento podría invertir el reciente movimiento que hace que se pronuncie".
¿Y en Europa?
Respecto al mercado de deuda europeo, desde el Departamento de Análisis de Bankinter observan cierta estabilidad en el tramo corto de la curva y un aumento (no brusco) de las Tires en el tramo medio y largo. "Estimamos que el tramo corto de la curva (hasta 2 años) continuará descontando una política monetaria expansiva por parte del BCE. También esperamos que continúe el ajuste en precios (aumento de TIR) en los tramos medios de la curva (5/7 años) alejándose aún más de las Tires negativas alcanzadas durante el primer trimestre, que entendemos carecen de sentido económico en el entorno macro actual".
En el tramo largo de la curva, los expertos esperan un aumento leve de las rentabilidades exigidas en base a la mejora macro, el inicio de la normalización de tipos en EEUU y "la vuelta a la normalidad en la prima de riesgo temporal implícita en la curva de tipos (actualmente no compensa tomar riesgo de duración)", indican.
Bajo este escenario, la firma ha decidido eliminar la exposición en bonos a largo plazo para reducir el riesgo de duración de las carteras, "manteniendo tres emisiones con vencimientos comprendidos entre dos y cuatro años". En este sentido, recuerdan que el riesgo sigue siendo elevado en el mercado de bonos y que dichas emisiones sólo son recomendables para inversores con un perfil dinámico-agresivo.