La avance del EI por Oriente Medio amenaza a varios países cuyos Gobiernos eran enemigos públicos de Estados Unidos. El presidente sirio Bachar al Asad ha pasado de villano a ser un aliado de la expansión sangrienta del ejército yihadista y con el régimen iraní está pasando algo parecido. No se sabe cuánto peso ha […]
Dirigentes Digital
| 17 jul 2015
La avance del EI por Oriente Medio amenaza a varios países cuyos Gobiernos eran enemigos públicos de Estados Unidos. El presidente sirio Bachar al Asad ha pasado de villano a ser un aliado de la expansión sangrienta del ejército yihadista y con el régimen iraní está pasando algo parecido. No se sabe cuánto peso ha tenido en las negociaciones de Viena el elemento del EI, pero algo ha tenido que ver en el nuevo equilibrio en la zona. Desde comienzo año, Irán está involucrada en la lucha. La instauración del califato en buena parte del norte Irak y la mitad de Siria ha supuesto una seria amenaza para Teherán. Comparte más de 1.000 kilómetros de inestable y porosa frontera con Irak. El ejército del terror ha convertido a los chiitas uno de sus objetivos predilectos e Irán es el máximo representante de esta facción del islam, más del 90% de su población comparte esta rama de la religión musulmana. El Gobierno de Rouhaní ha movilizado milicias a Siria para apoyar al ejército de Al Asad y a Irak para luchar en tierra contra el avance de las tropas del yihadismo. Hasta el punto que fue clave para recuperar la ciudad iraquí de Tikrit. Y también ha realizado incursiones en Yemen para combatir a Al Qaeda
Barack Obama ha negado que se haya asumido el acuerdo para combatir al EI, pero abre la puerta a un nuevo horizonte de colaboración. A principio de mes el régimen de los ayatolas fue bastante expresivo al respecto. El ministro de Exteriores de Irán, Mohamed Javad Zarif, hombre clave en las negociaciones dijo que "se abrirán nuevos horizontes para abordar desafíos comunes importantes, la amenaza a la que nos enfrentamos está personificada en los hombres encapuchados que embisten contra la cuna de la civilización. El EI es tan enemigo de Irán como de Estados Unidos.
Los es de Irán porque lo tiene a sus puertas como una amenaza mortal al pueblo de chií y como un elemento de inestabilidad política que teme la dictadura. El EI ya ha demostrado capacidad para atentar y moverse en territorios que no tiene controlado como los atentados de Egipto y Túnez. Y para Estados Unidos el ataque del 11-S sigue muy presente para infravalorar a terroristas que operan a millones de kilómetros.
El acuerdo ha sido celebrado por los aliados de Irán. El Gobierno de Irak ha respaldado el análisis militar de que con el acuerdo nuclear hay un pacto para combatir el EI. El primer ministro iraquí Haider al Abadi escribió en su cuenta de twitter que "el EI intenta arrastrar nuestra región a un conflicto sin fin pero el acuerdo iraní expresa la voluntad conjunta de aportar paz y seguridad a nuestra región".
De cara a la galería, la Administración Obama niega que se vaya acordar pactos formales contra el EI, pero Irán ha demostrado el principal contrapeso en la región, no solo por su aportación militar y estratégica, también por su influencia política en Siria, Irak, El Líbano y Yemen.