Una semana después de la apertura de plazo para seleccionar al próximo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) durante los próximos ocho años, ya hay dos candidatos en liza, uno oficial y otro todavía en el aire, para sustituir en el cargo al economista portugués, Vítor Constancio, cuyo mandato expira el 31 de mayo. Mientras todo apunta a que el Gobierno español nominará a su ministro de Economía, Luis de Guindos, como su aspirante a número dos del BCE, Irlanda ha hecho oficial en las últimas horas la candidatura a ese puesto del gobernador de su banco central, Philip Lane. Además, no hay que descartar la posibilidad de que algún otro país de la eurozona presente un aspirante a la vicepresidencia del banco central comunitario antes del fin del plazo el 7 de febrero, dos semanas antes de la reunión del Eurogrupo en la que se producirá la elección. A pesar de que la prensa irlandesa y las fuentes en Bruselas del diario británico Financial Times otorguen el papel de favorito a de Guindos, el gobierno de Dublín ha destacado que, a diferencia del posible candidato español, Lane sí cuenta con experiencia en gestión de política monetaria. El ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe, destacó este martes la "trayectoria extraordinaria en política económica y monetaria" de Lane, señalando su papel como miembro del consejo de gobierno del BCE y responsable de varios de sus comités de alto nivel, como el del Consejo de Riesgo Sistémico, además de sus colaboraciones como investigador en la Reserva Federal de EEUU y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Donohoe también resaltó la amplia experiencia académica de Philip Lane, que cuenta con un doctorado en Economía por la universidad estadounidense de Harvard. También ha ejercido como catedrático de política económica en el prestigioso Trinity College de Dublín y, previamente, en la Universidad de Columbia. El ministro irlandés de Finanzas afirmó además que ha recibido "indicaciones de apoyo de varios países miembros de la eurozona" a la candidatura de Lane como aspirante más cualificado para el puesto, en unas declaraciones que medios locales como The Irish Times consideran una referencia velada a Alemania. Dublín confía en las posibilidades de su representante tanto por su currículum como por el hecho de que Irlanda es el único país fundador de la eurozona que nunca ha contado con representación de alto nivel en el BCE, mientras que España alega que es la única gran economía del euro que no goza de un alto cargo en el BCE desde 2012. De hecho, la prensa irlandesa había especulado con la posibilidad de que su gobierno nominase a la vicegobernadora del Banco de Irlanda, Shannon Donnery, cuya posible candidatura aunaba experiencia monetaria, contactos en Frankfurt y el hecho de que el BCE lleva seis años reclamando más presencia femenina en sus órganos de gobierno. Sin embargo, la seguridad de Dublín en las posibilidades de Lane les ha hecho descartar de momento jugar la baza de Donnery, a la que estarían reservando para sustituir al actual gobernador del Banco de Irlanda cuando éste consiga un puesto en Frankfurt o para alguno de los cargos del BCE que se renovarán antes de 2020. Por su parte, el posible candidato español cuenta a su favor con que la elección del cargo de vicepresidente del BCE no la harán los miembros de la institución, reacios a la entrada de un perfil político y de banca privada como el suyo, sino los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, con los que de Guindos lleva más de seis años forjando relaciones. Pese a este respaldo tácito, el ministro español de Economía no debería fiar todas sus aspiraciones al apoyo de sus homólogos de la eurozona, que ya le dejaron fuera de la presidencia del Eurogrupo en 2015 y, más recientemente, a finales del año pasado, cuando optaron por el portugués Mario Centeno. Si para de Guindos ésta podría ser su última oportunidad de un alto cargo a nivel comunitario, la candidatura de Philip Lane podría estar dirigida no solo a la vicepresidencia del BCE. La prensa irlandesa no descarta que su actual nominación busque garantizarle el puesto de economista jefe de la institución en caso de que finalmente no consiga la vicepresidencia. Desde febrero y hasta finales de 2019, el BCE debe renovar dos tercios de sus altos cargos, lo que abre la puerta a un periodo de negociaciones y presiones políticas para repartirse los puestos principales, entre ellos, el del presidente, que ocupará el italiano Mario Draghi hasta noviembre de 2019 y al que aspiran las dos grandes economías de la eurozona, Francia y Alemania. Por ello, desde los medios irlandeses se da por sentado que será necesaria mucha habilidad negociadora para que Lane supere a de Guindos en apoyos, en un proceso que el Irish Times ha calificado de "regateo político", un terreno en el que consideran a Dublín tan fuerte como Madrid.