El término "Start-Up Nation" fue acuñado por los economistas y expertos en política exterior Dan Senor y Saul Singer en su libro "Start-Up Nation: la historia del milagro económico de Israel". Los dos expertos trataron de explicar cómo un país con sólo 8 millones de habitantes se ha convertido en el segundo país del mundo […]
Dirigentes Digital
| 11 sep 2014
El término "Start-Up Nation" fue acuñado por los economistas y expertos en política exterior Dan Senor y Saul Singer en su libro "Start-Up Nation: la historia del milagro económico de Israel". Los dos expertos trataron de explicar cómo un país con sólo 8 millones de habitantes se ha convertido en el segundo país del mundo que más invierte en capital riesgo. Sólo Estados Unidos, y su Silicon Valley, le superan.
Según el Índice de Competitividad Global (IGC) que elabora el Foro Económico Mundial, Israel aparece en el puesto número 3 (sobre los 144 países estudiados) en innovación gracias al apoyo del Gobierno a los avances en tecnología. El país tiene más 4.000 startups, muchas de ellas cotizadas en el Nasdaq (el índice tecnológico de referencia en Wall Street) tal y como apuntan desde el Observatorio de la OECD. ¿Cómo ha sido posible?
Un enfoque global
"Un país del tamaño de la Comunidad Valenciana puede ser una superpotencia gracias a que se ha podido planificar", apunta Javier Megías, CEO de StartupExplore. Este experto en startups comenta que Israel analizó sus fortalezas y debilidades y se dio cuenta de que su mercado local era muy pequeño y que el regional no era accesible ya que las relaciones bilaterales con sus vecinos son nefastas. "Desde el punto de vista de los recursos naturales sólo tienen desierto, por lo que sólo les quedaba construir sobre el talento y trabajar a escala global", señala Megías.
¿La clave?
Tal y como apunta Javier, Israel se encontraba hace 15 o 18 años en una situación muy similar a la nuestra. "Empezaban a proliferar startup, había una tímida industria del venture capital, pero no lograba encajar".
Para el CEO de StartupExplore, lo que encendió la mecha de su ecosistema emprendedor fue Yozma, "una iniciativa del Ejecutivo para crear 10 nuevos fondos de 20 millones de dólares que cubriría sus deficiencias y en la que el Gobierno aportaba un 40% de los fondos". El 60% restante vendría de capital privado, en muchos casos extranjero. Uno de los efectos positivos que lograron fue atraer la atención de inversores y empresas estadounidenses como Microsoft o Intel, haciendo de Israel un "lugar genial para invertir", remarca Megías.
¿Podemos replicar el modelo en España?
"Copiar no nos va a funcionar jamás", argumenta Javier. Entre las razones que apunta el experto hay dos fundamentales: el inglés (que sigue siendo una barrera para nosotros) y la poca iniciativa emprendedora de nuestro país.