Italia está lista aprobar el rescate de su sector bancario. El próximo 22 de diciembre, según información del diario La Repubblica que cita Reuters, el Gobierno italiano aprobará medidas por valor de 95.000 millones de euros. De esta cifra, 15.000 millones irán a apoyar a distintas entidades (Popolare di Vicenza, Veneto Banca o Banca Carige), […]
Dirigentes Digital
| 15 dic 2016
Italia está lista aprobar el rescate de su sector bancario. El próximo 22 de diciembre, según información del diario La Repubblica que cita Reuters, el Gobierno italiano aprobará medidas por valor de 95.000 millones de euros. De esta cifra, 15.000 millones irán a apoyar a distintas entidades (Popolare di Vicenza, Veneto Banca o Banca Carige), así como para la ampliación de capital de Monte dei Paschi. Y es que el Consejo de Administración del banco ha anunciado que sigue adelante con la reestructuración, aunque se niega a hablar de que vaya a necesitar un rescate público. Para seguir con su reestructuración, el banco necesita recaudar 5.000 millones de euros para deshacerse de los 27.000 millones de euros en créditos dudosos que acumula, y antes del 31 de diciembre según las exigencias del BCE. Y pocos son los que creen que podrá conseguirlo sin ayuda estatal. Según los detalles que ha ofrecido el banco en su decisión de este jueves, el valor nominal mínimo al que se emitirán las nuevas acciones no estará por debajo de un euro. Además, ha concretado que el 65% de la ampliación irá destinada a inversiones institucionales, italianos y extranjeros. Según Reuters, Italia también quiere incluir en el decreto que aprobará el día 22 medidas para amortiguar las pérdidas de los inversores cuyos bonos se convertirán en acciones si el Estado interviene para sostener los bancos. El Tesoro negocia aún con la Unión Europea la posibilidad de evitar cualquier pérdida a los inversores minoristas. El decreto incluirá también 80.000 millones de euros en avales que el Estado podría proporcionar para apoyar la liquidez de los bancos. Serviría para garantizar bonos que los bancos podrían utilizar como colaterales para obtener préstamos del BCE o como activos que podrían ser vendidos.