Cuatro años. Ese es el tiempo que ha ganado Shinzo Abe, el primer ministros nipón, para llevar a cabo su plan económico. Con esta nueva prórroga, el Partido Liberal Democrático intentará consolidad las reformas iniciadas con el programa Abenomics. En el año 2011, los expertos de BBVA publicaban un informe en el que consideraban un […]
Dirigentes Digital
| 27 feb 2015
Cuatro años. Ese es el tiempo que ha ganado Shinzo Abe, el primer ministros nipón, para llevar a cabo su plan económico. Con esta nueva prórroga, el Partido Liberal Democrático intentará consolidad las reformas iniciadas con el programa Abenomics.
En el año 2011, los expertos de BBVA publicaban un informe en el que consideraban un "desastre" la situación económica de Japón. El estudio exponía, tras el terremoto que afectó al país, que "en países desarrollados los impactos económicos de desastres naturales son transitorios y pequeños, sin alterar tendencias de largo plazo".
Además, se argumentaba que los "gastos de reconstrucción y eventual bail-out de compañías de seguros podría poner en dificultades al gobierno de Japón, aumentando sus primas de riesgo y forzando el ajuste fiscal".
Efectivamente, el desastre nuclear vivido en Fukushima tuvo un fuerte impacto en la economía de un país ya de por sí ‘tocado’.
Para solucionar la crisis que vivía el país, el primer ministro, Shinzo Abe, puso en marcha un plan de reforma económica en 2012. Dicho plan, conocido popularmente como ‘Abenomic’, se centraba en tres fechas: flexibilización agresiva, ampliación del gasto público y reformas estructurales.
Política Fiscal
El primer ministros presente implantar una política flexible con el fin de expandir la inversión pública. Para esto se introdujo un paquete de estímulo de 110.000 millones de dólares, equivalentes al 2% del PIB.
Política Monetaria
Esta iniciativa estaba destinada a mejorar las exportaciones. La depreciación de la divisa japonesa frente al dólar estadounidense ha ayudado a aumentar los envíos y las ganancias, aunque no del todo esperado.
Reformas estructurales
Apuntalar el crecimiento económico es fundamental en el país. Para ello se propuso un aumento de los impuestos en dos etapas: de un 5 a un 8% el 2014 y a un 10% en el 2015.
Con la victoria aplastante que obtuvo Abe el pasado mes de diciembre, los japoneses daban el visto bueno a un programa que empezaba a generar muchas dudas. La subida de los impuestos sobre las ventas llevó a la economía hacia una recesión técnica en el segundo y tercer trimestre del 2014. También preocupa su elevada deuda ya que roza el 240% de su PIB.
Finalmente, el país ha logrado salir de la recesión gracias a un repunte del 2,2% interanual. Aún así, el dato ha decepcionado a los analistas, que esperaban un resultado más optimista (un crecimiento del 3,7%).
A partir de ahora, queda esperar los próximos movimiento del BOJ para frenar la deflación en un momento en el que el desplome del crudo es el protagonista.