Arroyo reconoce que estamos en una fase madura del ciclo, en la que "los bancos centrales complican todo el análisis macroeconómico y de mercado", explicando que las Bolsas se adelantaron con sus subidas desde 2009 a la recuperación económica. Aún así, considera que el entorno sigue siendo favorable para los activos de riesgo, en un […]
Dirigentes Digital
| 22 oct 2015
Arroyo reconoce que estamos en una fase madura del ciclo, en la que "los bancos centrales complican todo el análisis macroeconómico y de mercado", explicando que las Bolsas se adelantaron con sus subidas desde 2009 a la recuperación económica. Aún así, considera que el entorno sigue siendo favorable para los activos de riesgo, en un escenario de crecimiento y tipos bajos.
"Es cierto que el precio de los activos de riesgo se ha reajustado reflejando un menor crecimiento, pero no una recesión". La gestora ha realizado un análisis sobre el mercado europeo (MSCI Europa) en los últimos 35 años, en el que se demuestra que es normal que se produzcan correcciones todos los años, independientemente de que el ciclo sea alcista o bajista. "Es normal que los mercados vivan episodios de volatilidad, y a pesar de ella, los datos demuestran que más del 75% de los años terminan en positivo", asegura.
Según el estudio, en los años de caídas, se producían uno de estos cuatro eventos: recesión, pico de las materias primas, un ajuste agresivo de la Fed o valoraciones extremas. Y la gestora llega a la conclusión de que "este año no se cumple ninguna de estas cuatro condiciones".
Asignación de activos
Consciente de la divergencia entre mercados emergentes y desarrollados, desde JP Morgan se muestran positivos, desde un análisis macroeconómico, con ciertos países del norte de Asia, especialmente Taiwan y China. Respecto al gigante asiático, Arroyo se muestra optimista ante la perspectiva de una consolidación del crecimiento del país. "No creemos que China esté atravesando una crisis al más puro estilo emergente", indica. Sin embargo, reconoce que existen riesgos que, pese a todo, no superan a lo positivo.
Entre las principales amenazas a vigilar, destaca el exceso de capacidad en algunos sectores como manufacturas, inmobiliario e incluso bancos. "También nos preocupa la evolución del crédito en el sector privado y la evolución de la divisa, así como la manera en la que las autoridades han gestionado la crisis del verano", explica Arroyo, que advierte que otro factor a tener en cuenta será comprobar si la debilidad en el balance de las compañías locales se trasladará al mercado laboral del país.
Bajo su punto de vista, los más afectados por la situación en China son los mercados emergentes. Reconoce el experto que "están baratos, y para una inversión a largo plazo puede ser el momento para entrar". Pero advierte que la clave está en diferenciar a unos de otros, teniendo muy en cuenta factores como los niveles de deuda sobre PIB, el déficit fiscal o por cuenta corriente y los tipos de cambio.
Europa vs EEUU
Además de China, Manuel Arroyo explica la apuesta de la firma por los países desarrollados. En EEUU anticipan un menor crecimiento durante este trimestre, que luego repuntará. "La clave estará en el ritmo de subidas de tipos de la Fed", asegura, indicando que lo ideal sería que el organismo anunciase el primer movimiento antes de que termine el año. "El único motivo para no hacerlo es que en la ecuación ha entrado un nuevo factor: la volatilidad en el mercado global".
Mientras, en Europa destaca el papel del BCE en la reactivación de la demanda de crédito, uno de los principales objetivos del QE. "Quedan muchos meses y dinero por invertir del programa, y a no ser que en las próximas semanas haya un deterioro macro sustancial, no habrá ampliación del programa de compra de deuda", indica el experto. Pero su visión más optimista sobre Europa se basa en el crecimiento de los resultados empresariales, por encima de los de EEUU.
Carteras conservadoras
La volatilidad que en los últimos meses ha rodeado al mercado ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza para los gestores de carteras conservadoras. También para los de JP Morgan AM. "Es la parte más difícil de gestionar de la cartera, te está costando dinero y te están empujando a asumir más riesgo", indica Arroyo. En este sentido, el Director de Estrategia de la firma explica que hay un creciente interés por las estrategias de retorno absoluto, globales y flexibles y en las que el inversor delega las decisiones en un profesional.
En este entorno, en el que asegura que "vamos a ver rentabilidades más bajas con mayor riesgo", Arroyo apuesta por la deuda corporativa, especialmente por el high yield europeo, donde las tasas de impago continúan muy bajas. "Es de los pocos sectores donde vemos valor en renta fija", asegura. En esta clase de activo en concreto, destacan además el hecho de que tenga menor duración, un rating mejor y menor peso de la energía frente al high yield estadounidense.