Aunque lograda por una diferencia mínima de votos, la victoria electoral del presidente colombiano Juan Manuel Santos sobre el candidato Oscar Zuluaga, que proponía retomar la guerra contra las Farc, ha ratificado el optimisimo de los países con los que Colombia viene construyendo, a un ritmo inédito en la región, un nuevo bloque económico americano. […]
Dirigentes Digital
| 25 jun 2014
Aunque lograda por una diferencia mínima de votos, la victoria electoral del presidente colombiano Juan Manuel Santos sobre el candidato Oscar Zuluaga, que proponía retomar la guerra contra las Farc, ha ratificado el optimisimo de los países con los que Colombia viene construyendo, a un ritmo inédito en la región, un nuevo bloque económico americano.
Santos, que fue ministro de Defensa del expresidente Alvaro Uribe, obtuvo el mandato popular para gobernar por un nuevo período (hasta 2018) gracias a una campaña basada en una propuesta de paz con la guerrilla Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional), organizaciones a las que combatió militarmente cuando estaba a las órdenes de Uribe.
Cambios en el tablero
Con un panorama interno de estabilidad económica y una perspectiva de crecimiento de 4% del PIB para 2014 en su país, el presidente reelecto iniciará un segundo mandato con un poder, no obstante, más acotado que el que tuvo en el primer ejercicio. Su antiguo mentor, el ahora senador opositor Alvaro Uribe, se ha alzado con la primera mayoría parlamentaria en la reciente elección, representando a un amplio sector del país que rechaza negociar con los guerrilleros.
El candidato derrotado, Oscar Zuluaga, era la gran apuesta de Uribe para traer nuevamente a escena sus propuestas de desarrollo para el país a partir de una acción militar contra las Farc, una organización inicialmente popular que se convirtió a lo largo de las décadas en una estructura acusada actualmente de desarrollar prácticas criminales, como el secuestro extorsivo y el tráfico de drogas.
"Este es el fin de más de 50 años de violencia en nuestro país y el comienzo de una nueva Colombia con más libertad y más justicia social", dijo Santos a esa guerrilla el mismo día de su triunfo en las urnas. Con apenas 5 puntos porcentuales de diferencia, casi un millón de votos, su margen de maniobra estará muy condicionado al plan opositor de su exjefe Uribe, que cuenta con el apoyo de representantes claves de la economía colombiana, como el conservador sector agrario.
Timonel y turbulencias
Justamente en el campo colombiano, escenario clásico de las guerrillas y de paramilitares, es donde se levanta una de las fuerzas contrarias a la conformación de la Alianza del Pacífico (AP), acuerdo de libre comercio en el que ve una amenaza a sus intereses, inclusive por la "izquierdización" del bloque que supone el giro de Santos sumado a la reciente conquista de la presidencia de Chile por parte de Michelle Bachelet en reemplazo del conservador Sebastián Piñera.
Una semana después del comicio que le otorgó otros cuatro años de gobierno, Santos entregó a México la presidencia rotativa de la AP durante la cumbre que tuvo lugar en Punta Mita (México), la primera, además, en que participa Bachelet.
"La democracia, el respeto a los derechos humanos, el libre mercado, la estabilidad macroeconómica, la certidumbre jurídica, la apertura comercial y las políticas sociales redistributivas, son elementos fundamentales de nuestro desarrollo", dijo en la ocasión el presidente de México y nuevo titular pro témpore de la alianza, Esteban Peña Nieto.
Motor a toda marcha
"El motor de desarrollo de América Latina está trabajando a toda marcha y el mundo así lo está reconociendo", destacó Santos, en referencia al acuerdo suscripto para desgravar totalmente el 92% de los aranceles entre esos países y la incorporación de México al MILA (Mercado Integrado Latinoamericano) como señales concretas del proceso.
En la cumbre se encontraban también el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, además de representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La AP suscribió acuerdos con ambos, entre los cuales se destacan los relacionados con el desarrollo e integración de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes). En el caso de Perú, la actividad de las Pymes representa 70% de los empleos, señaló el presidente de ese país, Ollanta Humala.
Otro acuerdo destacado es el que permitirá a los jóvenes de las cuatro naciones estudiar y trabajar en todos los demás países de la alianza, con el propósito de "facilitar su formación profesioanl y su desarrollo académico", según ha resaltado Peña Nieto.
Rumbo al Sur y al Asia
La AP -que ya tiene sedes diplomáticas compartidas en países de África, Medio Oriente y la OCDE- se propone a partir de esta cumbre una expansión hacia el Mercosur, ampliando así los pasos que viene dando en dirección al Asia.
"Más allá de las legítimas diferencias, es perfectamente posible alcanzar niveles de convergencia entre los países de la Alianza y del Mercosur, entre el Atlántico y el Pacífico. No sólo es posible: es también necesario", propuso la flamante ejecutiva chilena Bachelet, en consonancia con lo acordado en sus reuniones con las mandatarias de Argentina (Cristina Kirchner) y de Brasil (Dilma Rousseff).
"Nuestra presencia en el Pacífico nos transforma en el puerto y el puente para que toda América latina se proyecte, con toda su riqueza y diversidad, en los ricos mercados de Asia", puntualizó Bachelet.
"Estamos abiertos. Hay propuestas para que otros países puedan ser miembros de la Alianza del Pacífico", dijo Peña Nieto. En tal sentido, fue agendada una reunión de ministros de la AP y el Mercosur, el 4 de julio en Cartagena de Indias, Colombia.
Desde mayo del 2013 han ingresado a la AP 23 de los 32 Estados observadores con que ya cuenta. "Y hay otros que vienen haciendo fila", resaltaron los mandatarios durante la cumbre en México.