La primera y más inmediata de todas, es la reacción que los emergentes puedan tener a una posible victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses de este martes. Para empezar, por las medidas proteccionistas que defiende el candidato republicano a la Casa Blanca. A juicio de los expertos, el mercado mexicano, y especialmente la […]
Dirigentes Digital
| 07 nov 2016
La primera y más inmediata de todas, es la reacción que los emergentes puedan tener a una posible victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses de este martes. Para empezar, por las medidas proteccionistas que defiende el candidato republicano a la Casa Blanca. A juicio de los expertos, el mercado mexicano, y especialmente la evolución del peso, se vería duramente golpeado. En renta variable, y tras cinco años de rentabilidad decepcionante, desde la firma indican que los inversores siguen teniendo una visión pesimista de los mercados emergentes que se refleja en valoraciones inferiores a la media. Desde JP Morgan AM indican que “la confianza ha ido repuntando lentamente y los flujos de las carteras comienzan a recuperar el signo positivo”. Sin embargo, desde la firma son conscientes de que estas regiones se enfrentan aún a enormes desafíos. Para empezar, aseguran que el inversor debe tener muy presente que los flujos de capitales de los emergentes dependen de las perspectivas de crecimiento de la región. “Un mayor impulso en el crecimiento genera más flujos entrantes y propicia la revaloración de la divisa, y viceversa, relación que hace que estos mercados sean altamente cíclicos”, indican los expertos. No hay que olvidar que en los últimos cinco años, la expansión del PIB se ha ralentizado del 8% al 4%. Por eso, y aunque las cifras de crecimiento se han estabilizado gracias al repunte de las materias primas, el inversor debe tener muy presente que cualquier evento que provoque una ralentización en estas economías traerá consigo una retirada de capitales inmediata. Aún así, no es el escenario base que maneja JP Morgan, que sigue mostrándose optimista, gracias a la “modesta reaceleración en la manufactura y los PMI del sector servicios, que indican que este proceso de mejora podría prolongarse”. La evolución del comercio global también supone un desafío para estas regiones, que en los últimos años han visto como este se ha estancado en términos de valor, “si bien dicha cicunstancia puede atribuirse en su práctica totalidad al descenso en los precios de las materias primas y los productos manufacturados”, indican desde JP Morgan. Los expertos consideran que “es improbable que los emergentes retomen un crecimiento dinámico de su PIB hasta que el comercio mundial se recupere plenamente”. El tercer gran desafío es de sobra conocido por el mercado. Pero eso no significa que haya que dejarlo en un segundo plano. Se trata de la elevadísima deuda a escala global, con niveles incluso superiores a los de antes de la crisis financiera, y que no puede atribuirse, a juicio de los analistas, al mundo desarrollado, “en el que se ha producido un desapalancamiento del sector privado. Para la firma, buena parte de la culpa de estos niveles de deuda la tiene el crédito privado no financiero en los mercados emergentes, “que se ha incrementado en más del 50% del PIB desde finales de 2007”, recuerdan. Aún así, descartan que los emergentes se enfrenten a un riesgo de crisis significativo a corto plazo, especialmente teniendo en cuenta que el volumen de créditos privados no financieros como porcentaje del PIB es un 30% superior en los mercados desarrollados. Pero advierten que la tendencia reciente “resulta preocupante e intensifica el riesgo a medio plazo para estas economías”. En medio de todas estas advertencias, China, el mayor mercado en este espectro, juega un papel clave. Los expertos consideran que aunque los desafíos en el gigante asiático se encuentran actualmente bien reflejados en las asequibles valoraciones de la renta variable, “el país no debería considerarse un caso perdido”, con lo que la estabilización de su crecimiento puede apoyar las cifras totales de los emergentes en su conjunto.