Nuevo capítulo en la guerra de cajeros. Después de que Santander, BBVA y
CaixaBank rompieran el mercado cobrando a los no clientes el uso de las tarjetas de crédito y su lucha con el Banco de España y la posterior regulación del Gobierno a final del año pasado; la Comisión Nacional del Mercado y Competencia (CNMC) ha emitido el esperado informe sobre el sector. El regulador constata que no se ha producido un incremento de comisiones a los consumidores, aunque las entidades propietarias de la red han triplicado la comisión que cobran a otros bancos, que ha pasado de 0,65 euros a una horquilla entre 1,80 y 2 euros. Los bancos emisores de tarjetas han amortiguado el golpe a los consumidores asumiendo el incremento de tarifas.
"Es pronto para evaluar el efecto sobre los usuarios, dado que es de esperar que la firma de alianzas entre entidades con menores redes y el uso de redes propias, neutralice estos efectos", subraya el documento. "Si se confirma el repliegue de los usuarios a la red de su propio banco, que es gratuita, la nueva situación no les supondría un incremento de sus costes; pero si esta red es reducida podrían verse obligados, antes o después, a recurrir a las redes de otras entidades, con la posible repercusión de la comisión de la adquirente por parte de la emisora", advierte el organismo. En este caso los clientes de las entidades más pequeñas con una menor red de cajeros serán los más perjudicados si se produce una elevación generalizada de las comisiones por uso de cajeros ajenos
El impacto final sobre el usuario de cajeros será complejo de determinar, aunque si se produce una elevación generalizada de las comisiones por uso de cajeros ajenos, afectaría con más intensidad a los bancos con menor red y a sus clientes. No hay constancia de que esta situación se haya producido hasta el momento.
Sin embargo, indica que el nuevo modelo podría favorecer a las entidades con grandes redes que tendrían libertad para cobrar por el uso de las mismas a terceros en lugar de depender de los citados acuerdos multilaterales.
Por el contrario, a las entidades de pequeño o mediano tamaño o con una red reducida de cajeros, el cambio les ha resultado menos ventajoso, dado que no pueden ofrecer el servicio en las mismas condiciones que antes y se ven obligadas a buscar socios con los que completar su red para prestar servicio a sus clientes o a desplegar o ampliar sus propias redes. "En la situación actual, la dimensión reducida o carencia de red dificultaría la entrada o expansión de nuevos operadores en el mercado", advierte el regulador sobre una posible falta de competencia en el futuro. La CNMC indica que entidades como ING o Evo Banco se verán perjudicadas por el cambio del modelo.
Por lo que se refiere a las obligaciones de información que afectan a las entidades entre sí y a éstas con los usuarios, la CNMC advierte que se está reduciendo la transparencia. Por esta razón, recomienda que se exija a las entidades titulares de cajeros que en el caso de establecer unilateralmente las comisiones, las comuniquen a las entidades emisoras con suficiente antelación para que puedan informar con tiempo a sus clientes; y que se les obligue a mantener las comisiones sin cambios durante el periodo de preaviso. Asimismo, se ha detectado que no todas las entidades emisoras, a pesar de las normas que les obligan, comunican a sus usuarios los cambios en su política de comisiones.