La caída de casi el 9 por ciento sufrida el lunes por las acciones chinas disparó una masiva ola de ventas en Asia y Europa, una volatilidad pronunciada y pérdidas en Wall Street, y derrumbó los precios del petróleo a mínimos de varios años. La desbandada en los mercados globales, que vino precedida por semanas […]
Dirigentes Digital
| 25 ago 2015
La caída de casi el 9 por ciento sufrida el lunes por las acciones chinas disparó una masiva ola de ventas en Asia y Europa, una volatilidad pronunciada y pérdidas en Wall Street, y derrumbó los precios del petróleo a mínimos de varios años.
La desbandada en los mercados globales, que vino precedida por semanas de especulaciones sobre el tamaño de los problemas de la economía china y sus efectos sobre el resto del mundo, convenció a los inversores de que la Fed podría abstenerse de actuar hasta ver algunos atisbos de calma.
La ola de ventas parece haber hecho reflexionar al menos a uno de los miembros del comité de política monetaria de la Fed. El presidente de la Fed de Atlanta, Dennis Lockhart, que hace dos semanas aseguró que estaba muy dispuesto a comenzar el ciclo de ajuste de tasas en septiembre, dijo el lunes que sólo era probable que ocurra "en algún momento de este año".
"Habría que estar loco para aumentar los tipos de interés cuando los mercados viven semejante turbulencia", dijo Martin Barnes, economista jefe de BCA Research en Montreal. Los inversores prevén ahora una posibilidad menor de que la Fed suba los tipos en su reunión del 16 y 17 de septiembre según Reuters.
Los precios de los swaps en Wall Street implican que la operaciones estiman una probabilidad del 24 por ciento para un alza en septiembre, cuando una semana atrás era del 46 por ciento, de acuerdo a datos de Tullett Prebon. Barclays prevé ahora que el alza de tipos no ocurrirá hasta marzo, después de haber apuntado anteriormente a septiembre. Los inversores han recortado sus propias apuestas sobre la inflación a largo plazo en Estados Unidos.
El indicador del mercado para esas proyecciones -el diferencial de rendimiento entre el bono del Tesoro a 10 años y los mismos bonos protegidos contra inflación- tocó el lunes un mínimo de siete meses, lo que sugiere que los inversores calculan una inflación de alrededor de 1,5 por ciento durante la próxima década, bastante por debajo de la meta del 2 por ciento de la Fed.