Los últimos datos de crédito al consumo en Reino Unido no reflejan la incertidumbre prevista tras la decisión de abandonar la Unión Europea. Es más, el endeudamiento de las familias se incrementó en 20.700 millones de euros (17.700 M£), un 10,14% desde que se produjera el referéndum hasta noviembre de 2016. En julio de 2015, […]
Dirigentes Digital
| 05 ene 2017
Los últimos datos de crédito al consumo en Reino Unido no reflejan la incertidumbre prevista tras la decisión de abandonar la Unión Europea. Es más, el endeudamiento de las familias se incrementó en 20.700 millones de euros (17.700 M£), un 10,14% desde que se produjera el referéndum hasta noviembre de 2016. En julio de 2015, el crédito se situó en los 203.900 millones (174.500 M£), una cifra que ha crecido mensualmente de media un 10% interanual. El mes de agosto reflejó en cierta medida las dudas de los consumidores tras el “Brexit” con una leve ralentización (1,7%). Sin embargo, en los meses posteriores se ha invertido la tendencia y el endeudamiento ha vuelto a niveles previos a la crisis. A sólo tres meses de que la primera ministra Theresa May active la clausula 50 del Tratado de Lisboa e inicie oficialmente la desconexión, los créditos personales alcanzaron los 224.700 millones (192.200 M£) en noviembre, un 10,8% más que en el mismo mes de 2015. El incremento intermensual es aún más sorprendente; desde octubre los préstamos crecieron en 2.221 millones (1.900 M£), su mayor subida desde marzo de 2005. El volumen de crédito al consumo se ha inflado en el último año hasta tocar nuevamente máximos de diciembre de 2008, según las estadísticas del Banco de Inglaterra. Sólo en septiembre de ese año, mes de la quiebra de Lehman Brothers, el crédito rondaba los 243.600 millones (208.000 M£). Los créditos a través de tarjetas se situaron en 78.007 millones (66.700 M£), su mayor pico en los últimos dos años, mientras que el resto pertenece a otros préstamos. El apetito de los británicos por el crédito viene motivado fundamentalmente por la bajada de tipos decretada por el Banco de Inglaterra el pasado mes de agosto. La reducción del precio del dinero a mínimos históricos (0,25%) ha tenido un impacto directo sobre la demanda de crédito al consumo y también sobre el hipotecario. Un ejemplo es la cifra de préstamos hipotecarios hasta noviembre, que ha vuelto a incrementarse por octavo mes consecutivo hasta alcanzar los 67.505 casi al cierre de 2016. “La gente se anima a consumir tanto bienes como viviendas por la caída del precio del dinero”, explica Alberto Hernández, analista de la consultora de inversión XTB. Tras un primer mes de prudencia, la confianza de los consumidores se ha ido recuperando tras la votación, “han descontado el ‘Brexit'”, añade el experto. Sin embargo, las perspectivas para los próximos meses auguran una ralentización de la actividad en Reino Unido y un aumento del desempleo que podría poner en duda el cobro de lo prestado. La Comisión Europea recortó en casi un punto sus previsiones de crecimiento para 2017, desde el 1,9% al 1%, e incrementó la tasa de paro hasta el 5,2% en 2017 y el 5,6% en 2018.