La deuda engrasa las ruedas de la economía. Permite a los particulares hacer grandes inversiones hoy, como comprar una casa o acceder a la universidad, comprometiendo parte de sus futuras ganancias. La teoría está bien, pero como nos enseñó la crisis global financiera, un rápido crecimiento de la deuda de los hogares, en especial las […]
Dirigentes Digital
| 06 oct 2017
La deuda engrasa las ruedas de la economía. Permite a los particulares hacer grandes inversiones hoy, como comprar una casa o acceder a la universidad, comprometiendo parte de sus futuras ganancias. La teoría está bien, pero como nos enseñó la crisis global financiera, un rápido crecimiento de la deuda de los hogares, en especial las hipotecas, puede ser peligroso. Un nuevo estudio del FMI se centra en las posibles consecuencias del crecimiento de la deuda para los diferentes tipos de economías, además de sugerir pasos para mitigar las consecuencias derivadas y mantener la deuda en un nivel razonable. El mensaje general es que existe una contradicción entre los beneficios a corto plazo y el costo a medio plazo para cancelar esa deuda, pero hay muchos legisladores que pueden facilitar ese inconveniente. Sería lógico pensar que tras la miseria causada por la crisis, la gente debería sería más precavida a la hora de pedir más. Pero sorprendentemente no es el caso. Desde 2008, la deuda de los hogares ha crecido significativamente en muchas economías. Entre los países avanzados, el ratio medio de deuda alcanzó el 63% del PIB desde el 52% en 2008. Entre las economías avanzadas, el incremento fue del 15% al 21%. El revés de la fortuna En el corto plazo, un incremento del ratio de la deuda de los hogares debería potenciar el crecimiento económico y el empleo, según el estudio del FMI. Pero de tres a cinco años, esos efectos se revierten; el crecimiento es más lento de lo que habría sido de otra manera y crece el riesgo de una crisis financiera. Estos efectos son más fuertes en los niveles altos de la deuda típica en las economías avanzadas y menores en los niveles bajos que prevalecen en los mercados emergentes. ¿Cuál es el inconveniente? En primer lugar, los hogares siguen acumulando deuda, lo que le da a la economía un impulso a corto plazo mientras los fabricantes de automóviles y los constructores contratan a más trabajadores. Pero más tarde, los hogares altamente endeudados pueden necesitar hacer recortes para pagar sus préstamos, lo que supone un freno al crecimiento. Así como en 2008 la crisis demostró, un shock económico repentino como la bajada de precios de las viviendas puede desencadenar una espiral de impagos que hacen temblar los pilares del sistema financiero. Para ser más específico, el estudio del FMI revela que un incremento del 5% en la relación de la deuda de los hogares con respecto al PIB en un periodo de tres años pronostica una bajada del 1,25% en el crecimiento ajustado a la inflación durante los siguientes tres años. Las deudas más altas están asociadas con un desempleo significativamente mayor durante los siguientes cuatro años. Un incremento del 1% en la deuda alimenta el miedo a una futura crisis bancaria en un 1%. Es un aumento significativo si se tiene en cuenta que la probabilidad de una crisis es del 3,5%, aunque no haya un incremento en la deuda. Las buena noticia es que los legisladores tienen más maneras de reducir el riesgo. Países con una menor deuda externa y tipos de cambio fluctuantes y están financieramente más desarrolladas, también están mejor preparadas para capear las consecuencias. Mitigar el riesgo Unas mejores regulaciones del sector financiero unidas a una menor desigualdad en los ingresos también ayuda. Pero no es el fin de la historia. Los países también pueden mitigar riesgos con medidas que moderen el crecimiento de la deuda de los hogares, como modificar el pago mínimo requerido para comprar una casa o dedicar una parte de los presupuestos al reembolso de la deuda. Así que las buenas medidas, instituciones y regulaciones hacen la diferencia incluso en los países más pobres y vulnerables, aunque sus niveles de deuda aún sean bajos.