Para un país dependiente energéticamente, como España, la ecuación está clara. Con el petróleo a la baja se traduce en un ahorro de coste, mayor renta disponible para las familias y mayor consumo. En definitiva, más PIB. Los últimos descensos del petróleo llegan en un momento para la economía española en la que se estaba […]
Dirigentes Digital
| 18 ene 2016
Para un país dependiente energéticamente, como España, la ecuación está clara. Con el petróleo a la baja se traduce en un ahorro de coste, mayor renta disponible para las familias y mayor consumo. En definitiva, más PIB.
Los últimos descensos del petróleo llegan en un momento para la economía española en la que se estaba desacelerando su impulso. En los últimos trimestres, ha crecido un 0,8% frente al 1% del segundo trimestre. Pero las caídas ayudarán a la economía a que no pierda velocidad. O por lo menos es lo que ha indicado, Luis de Guindos, que estima que crezca un 3,5% en 2016 si se mantiene el crudo por debajo de los 30 dólares, que supone mejorar en medio punto las previsiones del Gobierno y entre un punto y ocho décimas, según los pronósticos de entidades como el Banco de España, FMI o la Comisión Europea.
El cuadro económico del Gobierno de Mariano Rajoy estaba elaborado con un presupuesto de un petróleo cerca a los 70 dólares el barril, más del doble que a los precios actuales.
El Banco de España ya advirtió a finales del año pasado que el PIB aumenta en un 0,15% el PIB tras una caída del 10% en el precio. Si esa caída se mantiene, en los tres años siguientes se acumularía un crecimiento del 0,23%. Para el servicios de Estudio de BBVA la caída del 30% en el precio del crudo tendría un impacto en el PIB de un 1% en el primer año y del 1,5% en el segundo.