En el mundo de la empresa, la frase de Charles Darwin “las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que mejor se adaptan al cambio” cada vez cobra más sentido. Un claro ejemplo de ello lo representa Correos que, después de más de tres […]
Dirigentes Digital
| 28 may 2018
En el mundo de la empresa, la frase de Charles Darwin “las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que mejor se adaptan al cambio” cada vez cobra más sentido. Un claro ejemplo de ello lo representa Correos que, después de más de tres siglos de vida, ha decidido poner en práctica una política verde a su flota de vehículos, muchos de ellos adquiridos bajo la fórmula del contrato de renting. Y que una empresa como Correos haya tomado esta decisión no es cualquier cosa, si tenemos en cuenta que, la antigua empresa pública de reparto de correspondencia, cuenta con más de quinientos vehículos eléctricos, dos furgonetas impulsadas por GNC (Gas Natural Comprimido) y cuatro camiones de autogás. Nueve de cada diez empresas Al realizar este tipo de acciones, Correos entraría en el grupo de las 9 de cada 10 empresas españolas que, según el Informe de Responsabilidad Social Empresarial en España de Corporaciones Responsables del Instituto de Coordenadas, reportan sus acciones de Responsabilidad Social y Sostenibilidad en sus informes anuales. De todas ellas, y según los datos recogidos en estos informes, un 29% de las grandes empresas españolas reconocen el impacto del cambio climático en su negocio, pero no lo cuantifican. Además, más del 50% de las compañías aplican modelos de verificación de sus acciones de bajas emisiones de sus flotas de vehículos. Todos estos datos demuestran que, durante los últimos años en España (y, más concretamente, en la mentalidad del empresariado español) se ha avanzado, a buen ritmo, en lo referente a incorporar vehículos no contaminantes a las flotas de sus empresas… aunque aún quede bastante por alcanzar los niveles de países como Reino Unido. Allí, según la consultora Willis Towers Watson, más de la mitad de las empresas del Reino Unido (51%), que ofrecen automóviles de empresa, permiten a los empleados elegir un vehículo ecológico. Ese mismo informe indica que más de un 56% de las compañías británicas tienen previsto, durante el próximo año, revisar su política de flota de vehículos. En palabras de Lisa Grunditz, consultora sénior del equipo de servicio de datos de Willis Towers Watson “este cambio de actitud de las empresas británicas, sobre la necesidad de contar con flotas de vehículos no contaminantes, ha venido impulsado, más que por una concienciación real de la necesidad de cuidar el medio ambiente, por las cargas impositivas que el Estado aplica sobre los vehículos con mayores emisiones de CO2”. Cada vez menos vehículos en propiedad Tener coche en propiedad no es nada barato, y no solo porque comprarlo cuesta dinero, sino porque después hay que añadir otros costes de uso: combustible, seguro, aparcamiento, tasas anuales, revisiones, mantenimiento… de media en España tener un coche en propiedad cuesta al final casi 45.000 euros. Si a esta cifra le unimos el hecho de que, también en España, el 97 % del tiempo un coche particular está aparcado sin usarse, no debe extrañar que muchas empresas se planteen que no compensa tener vehículos en propiedad. María Martínez Carrillo es directora general de +Qrenting, una empresa que ofrece servicios de renting de vehículos y bienes de equipo para empresas. En palabras de Martínez Carrillo “las compañías que disponen de una flota de vehículos en propiedad se enfrentan a multitud de gastos que, en muchas ocasiones, pueden recortarse ya que, no siempre, se ajustan a las necesidades del cliente y no se saca el máximo provecho de los recursos disponibles”. En opinión de la directora general de +Qrenting “para optimizar al máximo este aspecto, el renting flexible es una de las medidas más aconsejables para las empresas, ya que, por una cuota fija al mes, sólo utilizará los servicios que necesita en cada momento. Además, no tendrá que preocuparse del mantenimiento, averías ni demás gestiones. Y es que hay que tener en cuenta que la flota suele ser uno de los costos más altos de una empresa junto con las propiedades, la informática y los salarios”. Una gestión eficaz de la flota A la hora de hacer una gestión eficaz de la flota de vehículos ecológicos, siempre teniendo muy presente el elemento clave de los viajes de negocio, será primordial optimizar (para minimizar, en la medida de lo posible) los kilómetros no productivos, los vehículos ineficientes y las prácticas de conducción ineficaces. Sobre este último punto, resulta fundamental que los conductores se adapten a la conducción de los nuevos vehículos. Y es que, para Martínez Carrillo “incluso si se trata del vehículo más limpio y eficiente que existe en el mercado, en manos de un conductor con poca pericia, no se conseguirá que el vehículo funcione de forma adecuada. Esto es particularmente visible en el caso de vehículos impulsados por gas licuado de petróleo (GLP). Su motor, de doble combustible, permitía conducirlos tanto en modo gasolina sin plomo como GLP”. ¿Por qué ocurría esto? Fácil: los conductores, además de tender a manejar su coche de la primera de las maneras -o sea en modo gasolina sin plomo- lo hacen agresivamente, pensado (erróneamente) que a sus coches les faltaba potencia.
