La volatilidad, el endurecimiento en las condiciones financieras y la inestabilidad que han marcado los primeros compases de 2016 han 'ganado' la batalla en el seno de la Reserva Federal (Fed). El temor que despierta la desaceleración de los emergentes, con China a la cabeza, así como el hundimiento del petróleo y la precaria recuperación […]
Dirigentes Digital
| 28 mar 2016
La volatilidad, el endurecimiento en las condiciones financieras y la inestabilidad que han marcado los primeros compases de 2016 han 'ganado' la batalla en el seno de la Reserva Federal (Fed). El temor que despierta la desaceleración de los emergentes, con China a la cabeza, así como el hundimiento del petróleo y la precaria recuperación económica global, se han impuesto a la fortaleza mostrada por el mercado laboral estadounidense y a los primeros signos de aceleración de los salarios y la inflación.
Bolsas y activos de riesgo en general 'agradecen' el mensaje más acomodaticio de lo esperado lanzado por Janet Yellen, aunque hay cierta suspicacia entre inversores y gestores. Una parte del mercado teme, ante esta Fed tan prudente, que la situación económica sea peor de lo que parece a simple vista. También hay quien interpreta que la autoridad monetaria podría estar dispuesta a tolerar unos precios más altos durante cierto tiempo. La tercera vía apuesta porque el banco central norteamericano ha incorporado a su política monetaria una dimensión de estabilidad financiera mundial...
"La realidad siempre es compleja, y cada una de estas interpretaciones distintas tiene cierta validez", explica Julien-Pierre Nouen, economista-estratega de Lazard Frères Gestion. Es más, añade, estas múltiples opciones plantean "un interrogante sobre la legibilidad" de la Fed. "Quizá se trate de una elección deliberada. Aunque en algunos periodos sea necesaria cierta claridad en los discursos de los bancos centrales para que sus medidas den fruto, otros periodos pueden requerir cierta ambigüedad para mantener abiertas todas las opciones", apunta.
Ahora bien, recuerda, no podemos olvidar que "la ausencia de riesgo inflacionista durante varios años no significa que este haya desaparecido (...) Si el mercado laboral se sigue tensando rápidamente, los salarios deberían aumentar más deprisa. Los últimos indicadores publicados para el mes de marzo, concretamente las encuestas Empire y la de la Fed de Filadelfia, parecen indicar que el sector industrial se está recuperando. Varios de los vientos contrarios que han frenado el crecimiento empiezan a amainar, como el gasto público y el desapalancamiento de los hogares. Por tanto, el PIB estadounidense se podría acelerarse en 2016".
¿Qué pasa si tanto crecimiento como IPC continúan escalando? La Fed tendrá que actuar en consecuencia. Para este experto tiene dos opciones: empezar a subir los tipos antes de lo previsto, para poder hacerlo de manera más progresiva; o esperar, y correr el riesgo de tener que subirlos más bruscamente, con el peligro de desatar el pánico en el mercado de renta fija y de castigar aún más el crecimiento. "Se arriesga por tanto a encontrarse precisamente en la situación que desea evitar a cualquier precio", apunta. La firma espera que la situación mejora y, por tanto, que la autoridad monetaria revise "su guión en junio": siguen siendo posibles tres incrementos del precio del dinero de aquí a final de año.
Por su parte, desde Capital Economics hablan directamente de "errores" en las proyecciones de inflación de la Fed, que no comprenderá plenamente su equivocación "hasta la segunda mitad de año". Ahora bien, una vez que lo haga, "su renuencia a subir los tipos debido a los temores sobre la fortaleza de la economía mundial pasará a un segundo plano". Los mercados, afirman, "ya están despertándose a la posibilidad de objetivos de precios mayores y es posible que esto, más que las cifras reales, empuje al banco central a la acción". En su opinión, la autoridad monetaria "no puede ignorar" esta situación durante "mucho más tiempo".
Asimismo, el equipo de research y estrategia de inversión de AXA IM, añade que ante los recientes indicadores que apuntan a una mejora del momentum, así como a una flexibilización de las condiciones financieras, "el balance de riesgos se ha desplazado a dos subidas este año", en lugar de la única que esperaban inicialmente. No obstante, indican, todo dependen de que la estabilidad se mantengan. El siguiente repunte, estiman, sería a mediados de año.