La FIFA ha pedido oficialmente a los tribunales de Estados Unidos la devolución de los fondos que todos los ex dirigentes de la entidad desviaron. Los acusados de pertenecer al mayor entramado de corrupción en el fútbol conocido hasta la fecha se quedaron sin el dinero que desviaron en sus operaciones, el cual acabó en […]
Dirigentes Digital
| 29 mar 2016
La FIFA ha pedido oficialmente a los tribunales de Estados Unidos la devolución de los fondos que todos los ex dirigentes de la entidad desviaron. Los acusados de pertenecer al mayor entramado de corrupción en el fútbol conocido hasta la fecha se quedaron sin el dinero que desviaron en sus operaciones, el cual acabó en manos de Estados Unidos, quien lo requisó como prueba del escándalo.
No obstante, según Infantino: "No es dinero de los Estados Unidos, no es dinero de esas personas, es dinero que pertenece al fútbol. Hay unos 190 millones de dólares que están ahí en Estados Unidos de esas personas que ya se declararon culpables".
El presidente de la FIFA exige que ese dinero sea devuelto al mundo del fútbol: "Esto tampoco es dinero de la FIFA, es del fútbol y la FIFA lo pide en nombre del fútbol. Vamos luego claramente a acordar con las confederaciones, con las asociaciones afectadas por estas personas, porque el dinero tiene que ir donde el daño ocurrió".
El nuevo presidente quiere enmendar los errores que su predecesor cometió, por eso quiere usar el dinero que ahora custodia Estados Unidos para ayudar a los afectados por los escándalos de corrupción. Aquellas asociaciones a las que antes se les denegó financiación ahora podrían verse compensadas con el dinero requisado.
Que esta cantidad de dólares esté en posesión americana se debe a que la fiscalía estadounidense acusa a 39 ex dirigentes de la FIFA y del fútbol mundial, así como a empresarios del sector del marketing, de haber pagado millonarios sobornos para obtener derechos de transmisión y comercialización de torneos y partidos.
El escándalo manchó gravemente la imagen del organismo futbolístico. Sin embargo, el nuevo presidente de la FIFA quiere lavar la imagen de la entidad y ha reclamado las cantidades que fueron confiscadas por Estados Unidos para invertirlas en ayudas a diferentes asociaciones del mundo del fútbol que se vieron afectadas por los escándalos de corrupción.