Tras un débil inicio de año, el dólar se ha ido fortaleciendo frente a las principales monedas, a excepción del yen, aunque a finales de julio comenzó a perder fuerza, el 'billete verde' ha ido escalando al calor de unos mejores datos que apoyan un incremento del precio del dinero en Estados Unidos más pronto […]
Dirigentes Digital
| 05 sep 2016
Tras un débil inicio de año, el dólar se ha ido fortaleciendo frente a las principales monedas, a excepción del yen, aunque a finales de julio comenzó a perder fuerza, el 'billete verde' ha ido escalando al calor de unos mejores datos que apoyan un incremento del precio del dinero en Estados Unidos más pronto que tarde. Asimismo, se ha visto respaldado por la búsqueda de 'refugios seguros' ante las incertidumbres de Europa y las dudas sobre el crecimiento global...
Y los expertos de Capital Economics creen que esta revalorización es sólo el principio, pues el mercado, aunque comienza a descontar una subida de tipos este año, está "subestimando el ritmo de los aumentos en 2017". Y, además añaden, "también creemos que el Banco Central Europeo (BCE) y el nipón (BoJ por sus siglas en inglés) finalmente terminarán flexibilizando aún más sus políticas monetarias".
Así, de cara al próximo ejercicio prevén que al cierre del mismo euro y dólar alcancen la partidad (frente a los niveles actuales de 1,11), mientras que la libra se cruzará en los 1,20 (1,31 ahora) y el yen en los 120 (desde los 103 actuales).
De hecho, en el caso de la moneda nipona, la firma destaca que el gobernador de su banco central, Haruhiko Kuroda, "tiene una justificada reputación de sorprender y, además, puede tener 'ases bajo la manga' (incluyendo, tal vez, determinar un límite máximo para los rendimientos de la deuda japonesa). Sea como sea, habrá estímulos adicionales que debilitarán al yen hasta los 110 a finales de 2016".
Coincide David Kohl, de Julius Baer, al señalar que tanto BCE como BoJ "están haciendo todo para estimular la economía". Y añade: "Los tipos de interés negativos en la Zona Euro, Japón y Suiza sugieren que cualquier salida de las políticas monetarias laxas está aún muy lejos".