En primer lugar, debemos tener claro que el miedo es racional y nos ayuda a protegernos, el problema llega cuando cruzamos al lado irracional y el pánico se apodera de nuestras decisiones… En segundo, ser conscientes de los riesgos es necesario, pero este conocimiento no debe paralizarnos, sino ayudarnos a movernos en el mercado con […]
Dirigentes Digital
| 01 feb 2016
En primer lugar, debemos tener claro que el miedo es racional y nos ayuda a protegernos, el problema llega cuando cruzamos al lado irracional y el pánico se apodera de nuestras decisiones… En segundo, ser conscientes de los riesgos es necesario, pero este conocimiento no debe paralizarnos, sino ayudarnos a movernos en el mercado con la cautela debida.
Sí, la recuperación en Estados Unidos tiene "puntos flacos", como la escasa aceleración salarial; el crecimiento a ambos lados del Atlántico es irregular; China se desacelera y los emergentes se tambalean ante el peso de su elevado endeudamiento; mientras, el petróleo se hunde amenazando la estabilidad global; al mismo tiempo que la Reserva Federal (Fed) se ha embarcado en un ciclo alcista de tipos…
"Siempre encontraremos amenazas potenciales para nuestras inversiones", señalan desde Self Bank. Y llaman la atención como en 2008, por ejemplo, el alto precio del crudo era un problema, mientras que en 2015 ha sido todo lo contrario.
Así, a firma nos deja cuatro recomendaciones para "no ser presas del miedo": distracción (en momentos de estrés es aconsejable no operar); valor y precio (una inversión no es ni mejor ni peor cotizando a 10 euros que a 15, es la misma; siempre hay que centrarse en el valor, no en el precio); ser conscientes de las propias limitaciones (si somos muy inquietos, igual es mejor no operar con mercado abierto y dejar órdenes sin mirar al mercado); y coherencia (si somos inversores a largo plazo, esto es, con un horizonte de años, ¿por qué miramos cómo evoluciona nuestra cartera día a día?).
En busca de la confianza perdida
Un elemento clave en la extensión del miedo, particularmente en el inicio de 2016 aunque más que latente desde el pasado verano, es la pérdida de confianza de los inversores. Para Citi, el daño sufrido por esta variable "ha sido demasiado elevado como para esperar que vuelvan a tomar riesgo a corto plazo".
Una situación que "no invalida la posibilidad de subidas, pero las hace menos sólidas y estables de lo deseable" y que llevará "tiempo, probablemente mucho tiempo y muy buenas noticias desde la órbita financiera y económica", revertirla.
Para su estratega en España, José Luis Martínez Campuzano, no encontramos en fases maduras de los ciclos tanto de Bolsa como de crédito, "pero, también, susceptibles de ofrecer aún rentabilidades positivas si se combina una gestión dinámica de la cartera, racional (siempre) y ahora más enfocada que nunca en los fundamentales frente a la prioridad anterior de la política monetaria. En definitiva, los bancos centrales pueden ofrecer una mayor estabilidad al mercado pero ahora son los datos macro (y los resultados empresariales) los que pueden soportar la remontada".
¿Demasiado pronto para decir que "ha pasado lo peor"?
La renta variable global lograba rebotar con fuerza en la última semana de este mes de enero para olvidar y también el precio del petróleo. Aunque aún queda un largo camino por recorrer para borrar las importantes pérdidas acumuladas en el año y es demasiado pronto para ver el "camino despejado", desde Capital Economics reconocen que no sería raro que la recuperación de las valoraciones continuara.
Destacan estos expertos que los últimos datos des de China "no pintan un cuadro de pesimismo". Además, el apetito por el riesgo se ve respaldado por "las expectativas de un mayor estímulos monetario que creemos están bien fundadas". Reconocen que el arsenal empleado hasta ahora por las autoridades monetarias limita su capacidad de actuación, pero tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) tienen aún potencial para respaldar la economía. También mantienen su idea de que la Fed subirá más los tipos de lo que espera el mercado, pero subrayando que aún así su política monetaria seguirá siendo muy dovish.
"Por supuesto, tendrá que haber una reducción de la oferta si queremos ver una recuperación sostenida de los precios de la energía y otras commodities. Y, sin una recuperación como esta, es poco probable que asistamos a ganancias fuertes en las Bolsas, sobre todo en las economías emergentes. Sin embargo, hay razones para ser optimistas. Después de todo, la mejor cura para los bajos precios son los propios bajos precios que llevan a los productores a rebajar su producción", concluyen.