Los tambores de guerra comercial de Donald Trump se acrecentan a medida que avanza el calendario. Durante el pasado ejercicio no dejaba de ser una amenaza que terminó descartándose por su orden de prioridades. Sin embargo, con el comienzo de 2018 se ha vuelto a avivar una llama que parecía apagada. Por eso, los inversores […]
Dirigentes Digital
| 20 mar 2018
Los tambores de guerra comercial de Donald Trump se acrecentan a medida que avanza el calendario. Durante el pasado ejercicio no dejaba de ser una amenaza que terminó descartándose por su orden de prioridades. Sin embargo, con el comienzo de 2018 se ha vuelto a avivar una llama que parecía apagada. Por eso, los inversores tratan de encontrar respuestas sobre si este escenario puede torpedear los fundamentales de los que goza el mercado en estos momentos. Siguiendo esta línea, Richard Trunill, director mundial de estrategia de inversión de BlackRock, considera que los riesgos derivados del comercio no deberían lastrar “los sólidos fundamentales del mercado, pero volveríamos a evaluarlos si el proteccionismo aumentara y empezara a mermar las perspectivas de crecimiento”. Y es que la renta variable mundial subió ante los optimistas datos del mercado laboral estadounidense, desplazando así la atención de los aranceles limitados sobre el acero y el aluminio por parte de EE. UU. y los resultados de las elecciones italianas Por el contrario, las preocupaciones sobre una deriva proteccionista a escala mundial están acechando los mercados. En opinión del experto, “es poco probable que las acciones limitadas que se han llevado a cabo en este sentido lastren el sentimiento de predisposición al riesgo o echen por tierra el actual paradigma de volatilidad reducida”. Hasta ahora, los riesgos comerciales no han constituido importantes catalizadores de una tendencia de aversión al riesgo. No obstante, el avance hacia guerras comerciales es “posiblemente el riesgo geopolítico más disruptivo para la expansión global y los mercados en 2018”.
¿Qué tipo de impacto tienen las tensiones comerciales sobre los mercados? Tal y como analiza, se observa la reacción inmediata de los mercados ante “los seis principales riesgos comerciales desde 2002”, que abarcan desde los aranceles al aluminio hasta los grandes enfrentamientos en la Organización Mundial del Comercio.
Por tanto, el oro y el yen registraron un comportamiento negativo, mientras que la renta variable china, impulsada por los bienes de consumo duraderos y los fabricantes de automóviles, protagonizaron las pérdidas más notorias. Podemos ver que, en función de la naturaleza de cada acontecimiento relacionado con el comercio, “se podrían generar diferentes reacciones, y que una guerra comercial real podría tener un impacto mucho mayor en una gama de diferentes activos”, concluye.