La inédita reunión entre los adversarios de la Guerra Fría es apenas un primer paso hacia la normalización de las relaciones, un plan que incluye la reapertura de embajadas, retirar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo y el levantamiento de un embargo sobre la isla. Más de 2.000 periodistas de […]
Dirigentes Digital
| 12 abr 2015
La inédita reunión entre los adversarios de la Guerra Fría es apenas un primer paso hacia la normalización de las relaciones, un plan que incluye la reapertura de embajadas, retirar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo y el levantamiento de un embargo sobre la isla.
Más de 2.000 periodistas de todo el mundo acudieron a la cita en Panamá que por primera vez congrega a todos los países del continente, lo que ha generado muchas esperanzas de que el encuentro abra un nuevo capítulo en las relaciones regionales.
Durante la intervención ante el resto de mandatarios, tanto Obama como Castro dejaron entrever el tono en el que mantendrían su encuentro. El presidente estadounidense intervino primero, declarando que, estaba seguro que "Castro estará de acuerdo de que vamos a tener importantes diferencias", y añadió: "creo firmemente que podemos aprovechar este momento" para abrir una nueva era en las relaciones bilaterales y hemisféricas.
Obama también dijo que su país "no será prisionero del pasado" con Cuba, que es hora de "mirar hacia el futuro" y que este "momento histórico" marca un "punto de inflexión para toda la región".
"Ya era hora de que yo hablara aquí en nombre de Cuba", arrancó su intervención el presidente Raúl Castro, que duró 48 minutos, 40 más que la del resto porque según el mandatario "se lo debían" de todos los años que no se ha invitado a Cuba a la Cumbre.
Castro comentó que Cuba ha soportado "grandes penurias" por el bloque estadounidense, pero aun así ha señala su disposición "al diálogo respetuoso y la convivencia civilizada" dentro de las "profundas diferencias" que existen entre Cuba y Estados Unidos.
"Cuba ya no es una amenaza para Estados Unidos"
Ya en el encuentro, que ha durado casi una hora y media, los presidentes de ambos países han intercambiado posturas a cerca de por donde tiene que ir el proceso de deshielo, que acabará con más de medio siglo de enfrentamientos en el Caribe. Tras la reunión, Obama ha asegurado a los medios de comunicación que le ha dicho a Castro que sus Gobiernos "seguirán teniendo diferencias", pero tienen que "seguir representando los derechos universales y humanitarios". "Vamos ha a abrir embajadas respectivas en La Habana y Washington". "La Guerra Fría ha terminado. Cuba no es una amenaza para Estados Unidos, lo que no quiere decir que no haya diferencias", ha concluido el mandatario estadounidense.
Por su parte, tras el encuentro Castro fue mucho más conciso y contundente, afirmo que en Cuba están dispuestos "ha hablar de todo pero con mucha paciencia, también de temas discrepantes como derechos humanos y libertad de prensa".
Según declaró el canciller cubano Bruno Rodríguez, "los presidentes analizaron los progresos alcanzados desde los anuncios del 17 de diciembre y coincidieron en la importancia de continuar trabajando con el objetivo de conformar el contexto apropiado para restablecer las relaciones diplomáticas y abrir embajadas en los respectivos países". "El presidente cubano expresó que es necesario eliminar las políticas de Estados Unidos que afectan directamente al pueblo cubano y que están dirigidas a promover cambios en el sistema político y socioeconómico del país", explicó el canciller.
Pese a este encuentro y acercamiento histórico, hay quienes esperaban más de la Cumbre, sobre todo en cuanto a las relaciones de Washington y La Habana. Obama y Castro no han resuelto asuntos pendientes, y que se esperaba lo hicieran durante el encuentro en Panamá. Uno de ellos es la salida de Cuba de la lista ‘negra’ de terrorismo. Tampoco han confirmado la fecha para la apertura de las embajadas o cuando tendrá lugar el próximo encuentro entre ellos.
Otro de los momentos más esperados de la Cumbre ha sido el encuentro entre Obama y el presidente venezolano Nicolás Maduro. Según ha señalado Maduro a un canal de televisión ha sido cordial, pero serio y "franco" ya que se han dicho "muchas verdades". En este mismo canal, Maduro ha confirmado que podría llegar ha abrirse un proceso de conversación con Estados Unidos en los próximos días.
Delante de el resto de mandatarios americanos, Maduro ha sido mucho más contundente, y aunque, con el sarcasmo que le caracteriza, ha ‘tendido’ una mano a Obama para conversar, ha afirmado al presidente estadounidense: "lo respeto pero no tengo confianza en usted".
Maduro ha añadido además que estas conversaciones llegarán cuando Estados Unidos cumpla ciertos requisitos como reconocer la soberanía nacional de Venezuela, o el primero y primordial, eliminar el decreto que considera a Venezuela una amenaza para Estados Unidos. Maduro ha tachado esta medida de "absurda".