Toshiba continúa con su intento de recuperarse del escándalo contable que ha acabado con un tercio del valor de sus acciones. Esta pérdida es la consecuencia de las malas prácticas económicas llevadas a cabo durante siete años por la ex cúpula directiva de la compañía. Estos dirigentes reportaron año tras año una contabilidad incorrecta, que […]
Dirigentes Digital
| 16 dic 2015
Toshiba continúa con su intento de recuperarse del escándalo contable que ha acabado con un tercio del valor de sus acciones. Esta pérdida es la consecuencia de las malas prácticas económicas llevadas a cabo durante siete años por la ex cúpula directiva de la compañía. Estos dirigentes reportaron año tras año una contabilidad incorrecta, que se extendió prácticamente por todas las áreas de negocios del conglomerado, desde los semiconductores al nuclear, ya que formaba parte de la "cultura corporativa" de Toshiba, según comentaron fuentes a Reuters. Este, que es uno de los mayores escándalos financiero de Japón, obligó a la compañía tecnológica a revisar a la baja su beneficio operativo de las últimos 5 años en más de 150.000 millones de yenes (unos 1.106 millones de euros).
Ahora, el medio japonés Nikkei ha afirmado que la próxima iniciativa que llevará a cabo el nuevo dirigente, Masashi Muromachi, que asumió el cargo tras la dimisión del anterior CEO Hisao Tanaka y de otros 7 altos cargos de la compañía, será un despido masivo de trabajadores. Concretamente, la empresa podría llegar a prescindir de entre 6.000 y 7.000 personas principalmente pertenecientes a su división de televisores, por lo que Toshiba abandonaría definitivamente su fabricación. Esta rama emplea a más de 24.000 personas en Japón y otros países, pero de momento se desconoce cómo se distribuirían exactamente los recortes.
La empresa también quiere deshacerse de sus divisiones de soluciones para negocios de minoristas y de su unidad de equipamiento de diagnóstico para hospitales. Si la compañía logra vender parte de sus negocios, logrará tener activos que le permitan llevar a cabo un plan de reestructuración completa.
Hasta ahora, la compañia ya había empezado su plan de desinversión con la venta de su división de sensores de imagen a Sony por 155 millones de dólares, y se rumprea que estaría planeando fusionar su negocio de ordenadores con Fujitsu y Vaio.
Cuando el escándalo salió a la luz, el ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, también quiso pronunciarse sobre los hechos, y declaró que las irregularidades contables de Toshiba eran "muy lamentables". Desde el Gobierno están muy preocupados con lo ocurrido ya que creen que el caso podría socavar la confianza internacional en la disciplina empresarial del país. El gobierno japonés está haciendo importantes esfuerzos por recuperar la confianza de los inversores globales con mejor institucionalidad corporativa desde que se destapó el escándalo Olympus (Esta empresa ocultó perdidas por valor de 1.700 millones de dólares en 2011).