"Con demasiada frecuencia nos olvidamos de que un relativamente pequeño aumento en estos gastos puede producir rentabilidades importantes, especialmente si estas inversiones se hacen en el momento adecuado del ciclo económico y de una manera sabia, y específica", explica la firma. De hecho, resalta, los retornos no serán solo para los que prestan el dinero […]
Dirigentes Digital
| 19 ene 2015
"Con demasiada frecuencia nos olvidamos de que un relativamente pequeño aumento en estos gastos puede producir rentabilidades importantes, especialmente si estas inversiones se hacen en el momento adecuado del ciclo económico y de una manera sabia, y específica", explica la firma.
De hecho, resalta, los retornos no serán solo para los que prestan el dinero con el que desarrollar estos proyectos, pues, a menudo, estos disfrutan de bajas tasas de morosidad y mayores rentabilidades de las que cosecharían con la deuda corporativa, especialmente en los mercados desarrollados.
Las economías, afirman esto analistas, también "se beneficiarán asimismo del llamado ‘efecto multiplicador’ al promover tales inversiones, ya que cada dólar dedicado a estas inversiones (de nuevo, de forma juiciosa) se traduce en ganancias mucho mayores en términos de PIB".
En concreto, S&P calcula que un aumento en el gasto del 1% del PIB real se convierte en hasta un 2,5 en un periodo de tres años.
De hecho, la agencia ha encontrado que "el efecto multiplicador sería mayor en las economías en desarrollo que en las desarrolladas, con la notable excepción de Reino Unido".
Así, China, India y Brasil disfrutarían de un impulso al PIB de al menos el doble del aumento de la inversión, mientras que el efecto multiplicador para países como Australia y Canadá serían menores.
En el caso de la Eurozona, "nuestras estimaciones revelan que un impulso sincronizado en el gasto en infraestructuras tendría un efecto mucho más tangible que si sólo un puñado de países lo elevan por separado".
Un alza del 1% en este tipo de inversión tendría un efecto multiplicador de 1,4 en el PIB de la región después de un año. Mientras que para Estados Unidos, los cálculos de la firman apuntan a un multiplicado de 1,7.