Casi 200 compañías se dedican a este sector en China. Ahora, el país quiere imponer nuevos frenos para acabar "con los más débiles" en un mercado saturado, en palabras de un alto dirigente de la Asociación de Fabricantes de Automóviles respaldada por el estado, lo que podría llevar a la extinción a cerca del 90% […]
Dirigentes Digital
| 29 ago 2016
Casi 200 compañías se dedican a este sector en China. Ahora, el país quiere imponer nuevos frenos para acabar "con los más débiles" en un mercado saturado, en palabras de un alto dirigente de la Asociación de Fabricantes de Automóviles respaldada por el estado, lo que podría llevar a la extinción a cerca del 90% de estas compañías.
Según información de un periódico vinculado al Gobierno chino y que recoge Bloomberg, hasta ahora solo dos compañías han recibido la aprobación para construir automóviles.
Y es que la congestión y la contaminación en el gigante asiático desencadenaron la creación de empresas de vehículos de energía alternativa así como importantes inversiones. Además, los generoso subsidios a las compañías incentivaron el estallido de estas compañías, algo que ha hecho crecer las dudas sobre si todas ellas cuentan con los conocimientos necesarios para la construcción de este tipo de vehículos..
"Hay demasiados participantes en el sector, y algunos de ellos son sólo especuladores", opina Yin Chengliang, profesor en el Instituto de Ingeniería de Automoción de Shanghái Jiao Tong University.
Según la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, China ya superó el año pasado a Estados Unidos en fabricación de vehículos alternativos (híbridos, eléctricos…), cuando se vendieron 331.092 unidades. El objetivo del Gobierno es alcanzar los tres millones de vehículos para el año 2025, diez veces más que las cifras actuales, para lo que está ofreciendo jugosas subvenciones a los fabricantes.
"Es cierto que estamos haciendo hincapié en el apoyo al desarrollo de vehículos de energía alternativa, ¿pero debemos permitir que todos salgan adelante?", opina a este respecto Dong Yang, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Fabricantes.
En un intento por asegurar que los nuevos participantes del mercado del vehículo eléctrico cumplen unos mínimos tecnológicos, China ha impuestos nuevos estándares que deberán cumplir. Algo que la gran mayoría de las compañías no podrán acatar en el corto plazo, con lo que muchas podrían desaparecer.
Además, el Gobierno tiene la intención de eliminar los subsidios a partir del año 2020, lo que obligará a las compañías a buscar la rentabilidad. Según Wang Cheng, un funcionario del sector, el año pasado el fabricante medio de estos vehículos produjo en torno a 3.000 vehículos, muy por debajo de la producción necesaria para garantizar la rentabilidad de la inversión.