El PMI manufacturero permite observar la expansión del sector industrial y es de los primeros indicadores que se publican para valorar la evolución de una economía. Si se sitúa por encima de 50 puntos indica que crece. En febrero marcó el nivel de 54,1 puntos, tres décimas inferior al mes de enero, pero en niveles […]
Dirigentes Digital
| 01 mar 2016
El PMI manufacturero permite observar la expansión del sector industrial y es de los primeros indicadores que se publican para valorar la evolución de una economía. Si se sitúa por encima de 50 puntos indica que crece. En febrero marcó el nivel de 54,1 puntos, tres décimas inferior al mes de enero, pero en niveles precrisis. A pesar de la desaceleración los componentes que construyen el indicador arrojan datos positivos que hacen ver que el impulso de la industria no frena.
"A pesar de que el ritmo de crecimiento disminuyó ligeramente en febrero, el sector manufacturero español continuó registrando una notable mejora de las condiciones empresariales durante el último estudio. La tasa de creación de empleo se aceleró hasta su máxima de siete meses. La caída del precio del petróleo y del acero fueron los principales factores responsables del acelerado ritmo de disminución de los costes de los insumos, que a su vez condujo a las empresas a reducir sus precios cobrados", indica la consultora Markit que elabora el índice.
El sector no ha parado de crecer en los últimos 27 meses. Los nuevos pedidos en el sector manufacturero aumentaron sólidamente durante febrero gracias a pedidos recibidos de los clientes habituales y de los mercados de exportación, aunque los provenientes del extranjero también aumentaron, aunque a un ritmo más lento que en enero.
El crecimiento de los nuevos pedidos también contribuyó a una acumulación de pedidos pendientes de realización, que fue una de las más fuertes en la historia de la serie. La tasa de creación de empleo se aceleró por segundo mes consecutivo en febrero y fue la más fuerte desde julio de 2015. Las empresas informaron que unas mayores necesidades de producción impulsaron la contratación.
Los precios pagados disminuyeron a un ritmo más fuerte, y la última caída en gran parte fue debida a la disminución del precio del petróleo y del acero. La tasa de deflación fue la más rápida desde julio de 2009. En consecuencia, los precios cobrados también se redujeron más rápidamente que en el inicio del año, y al ritmo más fuerte en 34 meses.