El año terminaba con una triste noticia, el 29 de diciembre la aviación civil de Indonesia perdía el contrato con un Airbus de AirAsia que viajaba de Surabaya a Singapur con 162 personas a bordo. Este trágico hecho ponía en la picota a la línea asiática de bajo coste AirAsia. La compañía, que cuenta con […]
Dirigentes Digital
| 05 ene 2015
El año terminaba con una triste noticia, el 29 de diciembre la aviación civil de Indonesia perdía el contrato con un Airbus de AirAsia que viajaba de Surabaya a Singapur con 162 personas a bordo. Este trágico hecho ponía en la picota a la línea asiática de bajo coste AirAsia. La compañía, que cuenta con un flota de 169 aviones tenía hasta la fecha un historial limpio de accidentes de tráfico.
Con domicilio en Kuala Lumpur, la aerolínea destacaba por aparecer siempre en los primeros puestos de las encuestas sobre seguridad. El artífice que está detrás de sus cifras es Tony Fernandes. El director ejecutivo de la compañía posee una fortuna de más de 500 millones de euros y una mente emprendedora.
Un salto cualitativo
A sus 50 años, este hombre de familia logró remontar una compañía con graves problemas financieros, dos ajados Boeing 737 y 250 empleados. Tras su llegada a AirAsia en 2001 y por le módico precio de 29 céntimos, Fernandes tomó las riendas de la compañía de su hasta entonces propietario, el gobierno malasio.
Desde ese momento, el ejecutivo que llegaba de la industria de la música tras haber trabajado con el británico Richard Brandson, supo liderar una compañía evocada al fracaso. Aunque nació en Malasia, Fernandes se educó en la London School of Economics de donde pasó a trabajar en Warner Music International y en Virgin Communications. En estas compañías supo poner en práctica sus conocimientos para luego perfeccionarlos en AirAsia.
Tras su desembarco en la aerolínea, la compañía ha pasado de tener unos escasos 300 empleados a más de 15.000; de una flota vieja y escasa a 160 Airbus de última generación que transporta más de 230 millones de pasajeros al año.
Además de la aerolínea, Fernandes también se ha adentrado en el negocio de los hoteles de bajo coste o el de la Fórmula 1. El dirigente se refirió al accidente como su "peor pesadilla" trasladándose inmediatamente al centro de control y lanzando un mensaje de pésame pero asegurando que "seguirán siendo fuertes". Ahora sólo queda espera y ver si la compañía sabe superar la crisis y salir adelante.