Desde el comienzo de la crisis mundial se han perdido más de 61 millones de empleos en el mundo, y las últimas previsiones de la OIT muestran que el desempleo seguirá aumentando hasta finales de la década. Según los últimos datos del informe de la OIT Perspectivas sociales y del empleo en el mundo-Tendencias 2016, […]
Dirigentes Digital
| 20 ene 2016
Desde el comienzo de la crisis mundial se han perdido más de 61 millones de empleos en el mundo, y las últimas previsiones de la OIT muestran que el desempleo seguirá aumentando hasta finales de la década. Según los últimos datos del informe de la OIT Perspectivas sociales y del empleo en el mundo-Tendencias 2016, 2015 cerró con 197,1 millones de personas desempleadas, y en 2016 se prevé que esa cifra aumente en torno a 2,3 millones hasta rozar los 200. Para 2017, otro 1,1 millón de desempleados se sumarán a estas cifras. Para 2019, se espera que haya más de 212 millones de personas desempleadas.
"La crisis del empleo dista mucho de haber terminado, de manera que no hay margen para la complacencia", declaraba tajante el director general de la OIT, Guy Ryder.
El caso español es ligeramente distinto. Para España, la OIT prevé una reducción del desempleo en este 2016 hasta el 21,5%, y del 21,3% para 2017, aunque alerta de que la situación "todavía es preocupante". Según el informe, que cuenta con un apartado específico para España, "aún quedan muchos desafíos que afrontar".
A nivel mundial, la OIT señala al crecimiento de las desigualdades como el motivo clave que hará engordar en los próximos años las cifras de desempleo a nivel global. "El desempleo seguirá aumentando en los próximos años conforme la economía mundial entró en un nuevo periodo que conjuga un crecimiento más lento, un aumento de las desigualdades y conflictividad social", recogen en el informe. Según sus datos, la desigualdad de ingresos seguirá creciendo: el 10% más rico de la población percibirá entre el 30 y el 40% del total de ingresos, y el 10% más pobre, entre el 2 y el 7%.
También influirá en el mundo del trabajo la pronunciada desaceleración de las economías emergentes y la caída del precio de las materias primas. Para la OIT, si se mantiene la caída del petróleo y el gas, podrían beneficiarse algunas economías avanzadas y otras de Asia. Sin embargo, se verán muy afectados los mercados laborales de los principales productores de petróleo y gas, sobre todo América Latina, África y los países árabes.
Para Guy Ryder, las tendencias son "preocupantes", tanto por el desempleo como por la cantidad de empleo vulnerable que existe en el mundo, aunque cree que se puede mejorar la situación "si abordamos las debilidades subyacentes", en concreto refiriéndose a "la carencia crónica de demanda agregada, el estancamiento de la Zona Euro, las perspectivas inciertas para las inversiones productivas y las crecientes desigualdades".
"Si los bajos salarios llevan a las personas a consumir menos y las inversiones siguen siendo débiles, esto tiene evidentemente un impacto negativo en el crecimiento", señaló el director general de la OIT. "La buena noticia es que el número de trabajadores en empleos vulnerables y de trabajadores pobres disminuyó en todo el planeta. Sin embargo, sigue siendo inaceptable que casi la mitad de los trabajadores del mundo no tenga acceso a los productos y servicios de primera necesidad y al trabajo decente", añadió Ryder.