Y es que, explica Gil, en los dos primeros mercados "nos acercamos a una zona crítica, formada por techos y directrices bajistas que marcan el deterioro de las Bolsas desde hace un año. Si se rechazan estos niveles, lo más probable es que nos enfrentemos a un escenario fuertemente bajista hasta bien entrado los meses […]
Dirigentes Digital
| 13 may 2016
Y es que, explica Gil, en los dos primeros mercados "nos acercamos a una zona crítica, formada por techos y directrices bajistas que marcan el deterioro de las Bolsas desde hace un año. Si se rechazan estos niveles, lo más probable es que nos enfrentemos a un escenario fuertemente bajista hasta bien entrado los meses de verano (agosto y septiembre), ya que se confirmarían estructuras de vuelta o de distribución en un gran número de índices bursátiles a nivel mundial".
Mientras, en Europa y Japón, "el escenario es claramente pero, ya que ni la macro evoluciona como se espera, ni las divisas continúan el proceso de depreciación de los últimos años".
Así, afirma: "Creemos que la opción bajista tiene más probabilidades que el escenario alcista (…) ante el conjunto de señales que se han ido aglutinando a lo largo de los últimos meses en el mercado de renta variable a nivel global". Si atendemos al S&P 500, indica, lo que observamos es una "mera consolidación lateral", en otros índices, tanto en Estados Unidos como en otras geografias, hay mucho más deterioros. Es el caso del Dow Jones de Transporte, el sectorial bancario norteamericano, los emergentes e índices europeos (con tendencias bajistas desde principios de 2015).
A esto, "le unimos una subida del 220% en el S&P 500 desde 2009 hasta 2015, un deterioro estructural en las Bolsas mundiales, una situación macro de ralentización pese a los fuertes estímulos de los bancos centrales, unas valoraciones en renta variable excesivamente altas", por lo que "el conjunto de señales es netamente negativo, lo que podría decantar la balanza al escenario bajista".
En concreto, para este índice espera "una ruptura de los 1.950 puntos y una aceleración hacia el mínimo del año en torno a los 1.800, donde se librará la gran batallas entre los inversores". Personalmente, Gil cree que este soporte es la clave a medio/largo plazo para las acciones mundiales, y si se pierde "habrá que interpretarlo como el desencadenante" de fuertes caídas "con objetivos en 1.500-1.600".
¿Qué pasa con el Ibex? "El selectivo español muestra un patrón negativo tanto a corto como a largo plazo", declara tajante. Y es claro: mientras "cotice por debajo de los 9.500 puntos la tendencia y el riesgo continúan siendo a la baja. Por tanto, creo que la zona entre los 9.220 y los 9.450 representa un área adecuada donde cubrir posiciones largas o abrir bajistas buscando desarrollos posteriores hacia los 7.500 y los 7.700 puntos".
Petróleo: también un escenario más bajista que alcista
A pesar del duro comienzo de año, Javier Urones, también estratega de mercados de XTB, afirma que "2016 está siendo uno de los mejores ejercicios para las materias primas", especialmente por el fuerte rebote del petróleo y del oro, más ligero en los metales industriales.
"La debilidad del dólar, sumada a los rumores acerca de un acuerdo para recortar la producción han sido los factores que han frenado, al menos de forma momentánea, el castigo al llamado ‘oro negro’", explica. Ahora bien, debemos ser conscientes que, por el momento, no hay pactos conjuntos para atajar el exceso de oferta y las probabilidades de que se produzca "son bajas"; mientras, la demanda, "únicamente puede ser revisada a la baja".
Así las cosas, "la situación de mercado lleva a pensar que el grado de optimismo que refleja la cotización del crudo en el entorno de los 40 dólares es elevado, por lo que si no se producen cambios significativos en ambos lados del mercado esperaríamos un periodo de estabilización de precios con cierto sesgo bajista. Niveles en el entorno de los 42-45 dólares por barril para el Brent y 41-44 dólares para el West Texas resultan interesantes para posiciones bajistas en el medio plazo apunta":
Y es que, concluye, "no sé si los precios de equilibrio serán los 25 o los 30 dólares por barril, pero sí que los 50 no son un escenario muy probable".