Recordemos que en el último encuentro del cártel, en noviembre de 2014, la decisión de no variar el objetivo de producción, llevó al "oro negro" a perder un 10% en un sólo día. Y es que este movimiento sorprendió al mercado, pues se alejó de su postura tradicional de estabilizar los precios y optó por defender […]
Dirigentes Digital
| 05 jun 2015
Recordemos que en el último encuentro del cártel, en noviembre de 2014, la decisión de no variar el objetivo de producción, llevó al "oro negro" a perder un 10% en un sólo día. Y es que este movimiento sorprendió al mercado, pues se alejó de su postura tradicional de estabilizar los precios y optó por defender su cuota de mercado, frente a las "injerencias" que supone el petróleo de esquisto estadounidense.
A vueltas siempre con el exceso de oferta y la debilidad de la demanda, por el momento, la "medicina" aplicada por la OPEP para atajar el avance norteamericano ha funcionado, eso sí, a costa de una volatilidad que ha traído de cabeza a los inversores. Y es que, hasta el momento, las principales energéticas han anunciado importantes recortes en sus inversiones tanto para este año como para el próximo, lo que debería ayudar a ralentizar el futuro aumento de la oferta. En concreto, en Estados Unidos, el número de plataformas petroleras se ha reducido en casi un 60% y la producción ha comenzado a desacelerarse, tendencia que se espera continúe en los próximos meses.
Sin embargo, también parece claro que el cártel no puede "cantar victoria", pues aunque el desplome de los precios hizo mucho daño al fracking norteamericano, los precios se han recuperado, las demanda en Europa ha repuntado y las medidas tomadas al otro lado del Atlántico han aumentado la eficiencia de sus pozos.
"Los recientes informes de los productores de petróleo de esquisto, así como las acciones en el mercado de futuros, podrían indicar que los niveles de punto de equilibrio de la producción en Estados Unidos han caído drásticamente durante el último año", explica Ole Hansen, estratega de materias primas de Saxo Bank. Destaca que se ha observado un aumento de la actividad e cobertura y "éste podría ser el preludio de una pick-up en los próximos meses. Al mismo tiempo, algunos de los principales productores han declarado que un beneficio a 65 dólares por barril en el crudo West Texas desencadenaría un repunte en la producción".
Recuerda este experto que el objetivo de producción actual de la OPEP se ha superado durante el año pasado (por encima de los 31 millones de barriles), "por lo que cada vez parece más obsoleto". Ahora bien, considera que lo más probable es que "mantenga ‘mano dura’ en el corto plazo a sabiendas de que el mercado sigue mostrando un exceso de oferta, mientras que el supuesto de un continuo aumento de la demanda mundial, finalmente, dejará espacio para todos". Ahora bien, advierte, si estas premisas no se cumplen y vemos otro aumento de los inventarios en Estados Unidos tras el verano, "el cártel puede quedarse luchando por decidir quién debe reducir a la luz de una renovada debilidad".
La evolución de los precios del "oro negro" en los últimos doce meses es descrita por Javier Urones, analista de XTB, como algo más que volátil: el adjetivo que emplea es "caótica". A medio plazo, llama la atención sobre los altos inventarios acumulados en Estados Unidos, la redistribución en la producción a los yacimientos más eficientes y el añadido de los que se encuentran a la espera de ser explotados en cuanto se mejoren sus economía de coste, la fortaleza del dólar y la cercanía del periodo estival que debilita la demanda.
Así, explica, "son muchas las casas de análisis que se han sumado a lanzar previsiones bajistas de cara a la segunda mitad de año. A los catastróficos 20 dólares por barril de Citigroup, sumamos los más razonables 45 dólares que ofrece Goldman Sachs para octubre, o los 40 dólares por barril que vaticina la propia OPEP para los próximos años. Lo cierto es que cumpliéndose estas previsiones o no, el beneficio potencial que ofrece este mercado supera con creces el riesgo que suponen las posiciones cortas en los niveles fundamentales antes mencionados. Tan solo el tiempo nos dirá si la batalla por el petróleo pasa por hacerse con el último barril disponible, o más bien por conseguir venderlo a cualquier precio".
Irán "entra en juego"
Este verano podría sumarse un nuevo jugador al mercado del petróleo, pues se espera que Irán alcance un acuerdo sobre su programa nuclear, que podría suponer el levantamiento de las sanciones al país y la irrupción de su "oro negro", eso sí, en el plazo de al menos doce meses.
"Es probable que Arabia Saudí haga un llamamiento a los miembros del cártel para recortar su producción con el fin de dar cabida a una mayor producción de Irán", afirma Saurabh Lele, analista de materias primas de Loomis Sayles (gestora afiliada a Natixis Global AM).
Cuando se levanten las sanciones, Irán será capaz de aumentar sus exportaciones entre 250.000 y 300.000 por día en tres meses. De cara al próximo año o año y medio, si vuelve la inversión al país, la producción podría elevarse en alrededor de un millón diario.
Para el largo plazo, su pronóstico sobre los precios del crudo apunta a un rango entre los 75 y los 85 dólares por barril, ya que éste "incentiva el crecimiento de la producción en Estados Unidos a un ritmo que equilibre la oferta y la demanda mundial".
En su opinión, el país más perjudicado con el regreso de Irán será Rusia, pues éste no sólo posee "vastas reservas de petróleo, sino también las mayores de gas natural" (sólo por detrás de los rusos). "También cuenta con una gran ventaja geográfica" entre China, India y Europa.