En la actualidad, España invierte en ingeniería de proyecto el 5% de la inversión total de la obra, una cifra parecida a los países en vías de desarrollo, pero muy lejos del 10% de economías similares a la nuestra. Y es precisamente ese recorte del 5% lo que origina que las obras se encarezcan entre […]
Dirigentes Digital
| 23 may 2015
En la actualidad, España invierte en ingeniería de proyecto el 5% de la inversión total de la obra, una cifra parecida a los países en vías de desarrollo, pero muy lejos del 10% de economías similares a la nuestra. Y es precisamente ese recorte del 5% lo que origina que las obras se encarezcan entre un 20% y 50% en fases posteriores, según apunta el director general de Fidex, Fernando Argüell. El experto señala que los datos de Eurostat muestran que la inversión en ingeniería en España está muy por debajo del resto de países de Europa, incluidos los de Europa del Este.
Entre las soluciones que proponen desde la patronal se encuentra aumentar la inversión en ingeniería del 5% al 7%, con lo que estiman que se lograrían ahorros superiores al 20% en los costes, permitiendo cumplir con el objetivo de déficit pactado con Bruselas."Una ingeniería barata solo consigue que España refuerce su tradición de país donde los cambios de presupuesto y plazos de ejecución están a la orden del día, pues los errores iniciales en los proyectos hacen que sea imposible ejecutar una obra tal y como estaba previsto", añade.
En este sentido, desde Fidex proponen que en la nueva ley de contratación de obras públicas se transponga la normativa europea donde se deja abierta la posibilidad de dar un mayor peso en las adjudicaciones a criterios de calidad frente a precio. Así, dentro de esta categoría se englobaría por ejemplo que el equipo de ingenieros tenga una determinada experiencia o que se realicen ciertos estudios previos.
Desde la patronal del sector señalan que en las adjudicaciones actuales al existir en la actualidad pocas obras y primarse el precio, las ingenierías están ofreciendo proyectos por debajo del precio necesario para poder llevarlos a cabo. En este aspecto, señalan que este problema acaba suponiendo por un lado un incremento final de los costes pero además un incremento en los plazos de realización de la obra. Así, apuntan que hay obras que ni siquiera llegan a empezar a realizarse aunque estén adjudicadas porque en el momento de comenzar la empresa dice que con el precio que han ofrecido no puede llevarse a cabo.