En las últimas dos sesiones, la rentabilidad del treasury americano ha subido 15 puntos básicos, con inversores volviendo a comprar en este mercado coincidiendo con un sell off en otra clase de activos. Algo que a los expertos recuerda al taper tantrum de 2013, con los inversores temiendo una subida de tipos de interés por […]
Dirigentes Digital
| 13 sep 2016
En las últimas dos sesiones, la rentabilidad del treasury americano ha subido 15 puntos básicos, con inversores volviendo a comprar en este mercado coincidiendo con un sell off en otra clase de activos. Algo que a los expertos recuerda al taper tantrum de 2013, con los inversores temiendo una subida de tipos de interés por parte de la Fed.
A juicio de los expertos, esta subida de los rendimientos de la deuda americana ha llegado para quedarse, anticipando que la rentabilidad del bono a 10 años alcanzará el 2% a principios del próximo año, frente al 1,65% que ronda actualmente.
Uno de los motivos para este cambio de tendencia que a su juicio se consolidará en los próximos meses es que la fuerte caída de los rendimientos de los bonos tras el referéndum por el Brexit no se ha justificado con una desaceleración en el crecimiento económico que, por lo general, envía a los inversores a la relativa seguridad de la deuda gubernamental. El equipo de Goldman Sachs anticipa que el esperado repunte en la actividad económica de los mercados desarrollados, los inversores dejarán de comprar tan masivamente bonos, produciendo un repunte en las rentabilidades.
Bajo el escenario macro que manejan, consideran que el bono a 10 años de EEUU debería estar situado más cerca del 2% o el 2,25% actualmente.
Para los expertos, otro de los factores que respaldan su teoría es la pérdida de eficacia de las políticas de estímulo de los bancos centrales, que tanto han ayudado a empujar a mínimos las rentabilidades de los bonos globales.
A juicio de los expertos, estas dudas sobre la voluntad y la capacidad de los bancos centrales para mantener las políticas de estímulo actuales, los inversores se fijarán más en las medidas de los Gobiernos para estimular el crecimiento económico. "Las expectativas de las medidas fiscales han aumentado en Europa y Japón, a pesar del crecimiento del déficit presupuestario, así como en EEUU", indican los expertos.