La recuperación del empleo va más lento de lo previsto y los niveles pre crisis están muy lejos de alcanzarse, cuando la tasa de paro se situaba alrededor del 11% y el número de trabajadores con empleo superaba las 20 millones de personas. 2015 cerró con 18,6 millones de ocupados y la tasa de desempleo […]
Dirigentes Digital
| 11 feb 2016
La recuperación del empleo va más lento de lo previsto y los niveles pre crisis están muy lejos de alcanzarse, cuando la tasa de paro se situaba alrededor del 11% y el número de trabajadores con empleo superaba las 20 millones de personas. 2015 cerró con 18,6 millones de ocupados y la tasa de desempleo en el 20,9%. Lo peor de todo es que son las mejores cifras en seis años. Pero escarbando en los números la lenta recuperación que se está produciendo del empleo se está consiguiendo a costa de una mayor precariedad laboral que está afectando a la calidad del empleo.
Uno de los principales males es la temporalidad. El año pasado por trabajador que tenía un contrato indefinido 9,3 trabajadores eran temporales. El aumento de peso de los contratos temporales se ha producido tanto por el mayor número de ocupados como por culpa de la destrucción de empleo. Desde 2011 se han producido el triple de destrucción de puestos de trabajo indefinidos respecto a temporales.
El análisis de los contratos registrados en los Servicios Públicos de Empleo, según su duración, señala que un 93% del total tiene carácter temporal. Ello significa que no llega al 7% el peso de los contratos indefinidos en el total. Además, la duración media de los contratos temporales ha caído desde 63 días en 2011 a 53 tras la reforma laboral.
El aumento de precariedad se refleja especialmente en contratos de muy corta duración. El 24,7% de los contratos realizados en 2015 tuvieron una duración inferior a una semana. Es decir, uno de cada cuatro. Desde la crisis ocupan un mayor espacio en el mercado laboral. Este tipo de contrato se ha duplicado desde los 2,5 millones a 4,5 millones.
Según el INE, los puestos de trabajo con una duración inferior a un mes son los únicos que han crecido durante el periodo de crisis, mientras en el resto se han reducido. De hecho, han crecido un 35% por encima de las 178.000 personas. El peso relativo respecto al total de ocupados es pequeño, pero representa un avance significativo de representar el 2,8% al 4,6%.
Una evolución parecida ha registrado los contratos a tiempo parcial. A comienzo de 2013 se produjo el punto de inflexión de comenzar la creación de empleo neta. El número de contratos a tiempo parcial crece un 70%, 13 puntos más que la contratación a tiempo completo. La tendencia al alza se muestra tanto en la contratación temporal como en la indefinida.
La precariedad laboral de 2015 ha hecho estragos en las cuentas de la Seguridad Social. Mientras se realizaron más de 18 nuevos contratos, los afiliados solo aumentaron en 533.186 en todo el año. Lo que significa que fueron necesarios realizar 35 contratos para lograr un nuevo cotizante al sistema.