Entre el exceso de oferta y la debilidad de la demanda, los interrogantes, cada vez mayores, que penden sobre la economía global, presionan a la baja a unas materias primas con múltiples frentes abiertos que van desde China, como principal exponente de la desaceleración de los emergentes, pasando por Europa y Estados Unidos, en cuya […]
Dirigentes Digital
| 13 ene 2016
Entre el exceso de oferta y la debilidad de la demanda, los interrogantes, cada vez mayores, que penden sobre la economía global, presionan a la baja a unas materias primas con múltiples frentes abiertos que van desde China, como principal exponente de la desaceleración de los emergentes, pasando por Europa y Estados Unidos, en cuya recuperación aún son muchos los que no confían, especialmente sobre cómo recibirán el impacto de la pérdida de momentum de los países en desarrollo, y terminando en el ciclo alcista de tipos iniciado por la Reserva Federal (Fed) en diciembre y la volatilidad reinante en las divisas ante las divergentes políticas monetarias de los bancos centrales.
Los analistas de Barclays consideran que son tres los factores macro que más están contribuyendo a ahondar en el delicado estado de salud de las commodities. El primero, son unos datos macro "muy pobres", la mayor parte centrados en Estados Unidos y, particularmente preocupantes, la caída en diciembre de las ventas de vehículos. Seguidamente, la firma hace referencia al "gran deterioro de la confianza empresarial", con el PMI chino aún en contracción y el de Chicago en mínimos de 2009. Y, para finalizar, señalan a los movimientos de las distintas monedas, en concreto, el debilitamiento continúo de las divisas emergentes frente al dólar.
Por otra parte, no debemos olvidar que, más allá de unos indicadores económicos "hostiles", los datos específicos sobre las materias primas tampoco han sido nada halagüeños. El petróleo, como no podía ser de otra forma, encabeza la lista aquí con un nuevo aumento de la producción en Estados Unidos, mientras que la demanda se contrae por segundo mes consecutivo y los inventarios alcanzan máximos de cinco años. Además, China ha reportado la primera caída interanual en el consumo de crudo desde 2014.
Con todo, la entidad británica llama la atención sobre el nivel extremo de posicionamiento, con un gran número de cortos, pues podría contribuir a una recuperación de los precios, siempre que el flujo macro se gire a positivo. De momento, el gas natural estadounidense está protagonizando una fuerte recuperación desde los mínimos de mediados de diciembre y quizá podría abrir el camino para otros mercados.
En cualquier caso, sus expectativas, aunque pasan por un petróleo por encima de los niveles actuales, caen hasta un promedio de 37 dólares por barril en 2016 (frente a la anterior estimación de 60 y 56 dólares para Brent y West Texas, respectivamente). Recorte también para el cobre hasta los 4.350 dólares la tonelada (desde los 5.62 previos); consideran que se fortalecerá en el segundo trimestre, para perder fuerza hasta el cuarto en previsión de un gran superávit. Finalmente, el oro, que se ha visto beneficiado por la aversión al riesgo de los primeros días del año, promediara los 1.054 dólares la onza.
Julius Baer coincide al apuntar a precios más altos que bajos en el medio plazo en lo que respecta al crudo (salvo una desaceleración económica severa), sin embargo, no recomiendan entrar aún en este activo, pues "la relación riesgo/recompensa sigue siendo poco atractiva", firma su estratega jefe de materias primas, Norbert Ruecker. Sobre el paladio, el también analista de esta firma, Carsten Menke, reconoce la renovada presión ante la debilidad China y el momentum vendedor han lastrado al paladio, pero "seguimos siendo optimistas en el contexto de una creciente demanda y una oferta limitada".
Finalmente, Saxo Bank cree que el primer trimestre del año "podría ser el peor del ciclo para el ya muy castigado petróleo" y "seguirá planteando un entorno difícil en los metales preciosos, ya que lo más probable es que los inversores vean las subidas de tipos en Estados Unidos y la continua flexibilización cuantitativa en Europa y China como una oportunidad para comprar dólares".