La frase más utilizada por los analistas políticos tras los resultados electorales es que no son extrapolables para las elecciones generales. Argumentos hay muchos y muy variados, pero hay algunos que no se escapan a ojos de un buen observador. Andalucía es un feudo socialista en el que lleva gobernando 37 años que condiciona al […]
Dirigentes Digital
| 23 mar 2015
La frase más utilizada por los analistas políticos tras los resultados electorales es que no son extrapolables para las elecciones generales. Argumentos hay muchos y muy variados, pero hay algunos que no se escapan a ojos de un buen observador. Andalucía es un feudo socialista en el que lleva gobernando 37 años que condiciona al resto de fuerzas políticas. Para el PP supone un territorio enemigo donde ha cosechado derrotas y para Podemos le afecta en que su caladero de votos es más limitado.
Como ejemplo del impacto en los resultados electorales del PSOE en Andalucía, Roger Senserrich, politólogo de Politikon, calcula desde 1993 el partido a nivel nacional saca entre ocho y diez puntos más que en las generales. Por eso el descalabro de los socialistas desde las elecciones de 2008 no se ven reflejados en Andalucía y hace difícil pensar que en las próximas generales y autonómicas registren un éxito parecido al de Susana Díaz.
Por otra parte, la realidad económica de Andalucía también condiciona al votante. La región que registra la tasa más elevada de paro del país, será una de las últimas en notar la incipiente recuperación económica. El gran aval del PP de aquí a cuando se celebren las generales será que la economía siga estabilizando y se siga produciendo una mejora del empleo.
En el caso de Podemos, los resaltados han confirmado que la formación no son un invento mediático y que su empuje se nutre de los votos de izquierda, como refleja el descalabro de IU que ha pasado de contar con doce diputados a formar grupo parlamentario por los pelos con cinco escaños. Su aparición en Andalucía, espectacular con 15 escaños teniendo en cuenta que apenas tienen un año de vida y el adelanto les ha pillado prácticamente sin aparato, ha estado limitado por la hegemonía en la región del PSOE. Por lo que a nivel nacional, el trasvase de voto puede ser aún mayor.
Las encuestas que se publicaron antes de las elecciones andaluzas se aproximaron bastante a los resultados que se produjeron ayer domingo. El batacazo de los populares, la resistencia de los socialistas y el ascenso de Podemos. Quizá donde no fueron tan precisas fue en la irrupción de Ciudadanos que cosechó nueve escaños, frente al cinco o seis que se esperaba. A nivel nacional, los sondeos plantean un tablero político que asimila las características especiales de Andalucía. Los cuatro partidos en liza les ofrecen opciones para gobernar, pero sin posibilidad a mayoría absoluta. Dependiendo de las fuentes a Podemos le colocan en primer lugar por delante de PSOE y PP, pero prácticamente en empate técnico, y plantean las mismas dudas con el ascenso de Ciudadanos. Proyectan una irrupción mayúscula pero sin establecer techo, como ya ha pasado con Podemos.
Para los que auguraban el fin del partidismo, las encuestas y las elecciones andaluzas demuestran que resiste, pero con matices. Hasta las generales tendrán que celebrarse las autonómicas y municipales, donde verdaderamente se podrán valorar las fuerzas de cada uno, y por lo menos ocho meses en el que pueden pasar muchas cosas.