La crisis financiera de 2008 tuvo una importante incidencia en los balances empresariales. A pesar de mantener sus niveles de apalancamiento, la estructura de los pasivos de las sociedades no financieras se ha transformado coincidiendo con la incorporación de los estímulos monetarios ‘no covencionales’ del Banco Central Europeo (BCE). En concreto, las obligaciones de las empresas […]
Dirigentes Digital
| 26 jul 2017
La crisis financiera de 2008 tuvo una importante incidencia en los balances empresariales. A pesar de mantener sus niveles de apalancamiento, la estructura de los pasivos de las sociedades no financieras se ha transformado coincidiendo con la incorporación de los estímulos monetarios ‘no covencionales’ del Banco Central Europeo (BCE). En concreto, las obligaciones de las empresas en la Eurozona se incrementaron en un volumen equivalente al 4,8% del PIB en 2016. Este fenómeno se produjo por un lado a través de la emisión de acciones (1,7% del PIB) y una mayor financiación ajena (equivalente al 2,4% del PIB). Es decir, en el caso de los instrumentos de deuda, se produjo un aumento tanto de los préstamos bancarios como de las emisiones de bonos, en un contexto de tipos de interés en mínimos históricos, según los últimos datos publicados por el Banco de España. Fuente: BdE Sin embargo, a pesar de la recuperación de los préstamos bancarios, continuó el proceso de desintermediación en la financiación de las empresas que se inició en 2008. Este cambio ha provocado cierta recomposición en la estructura de deuda de las empresas, aunque el supervisor nacional observa que el peso de la renta fija en la zona euro está todavía alejado del de economías con mayor tradición de mercados, como la estadounidense. Los pasivos en forma de títulos de renta fija representaban un 16% del total de la deuda a finales de 2016, frente a cifras inferiores al 10% a principios de 2008. Los préstamos bancarios, en cambio, que en 2008 representaban más del 60%, han reducido su importancia más de 10 puntos porcentuales. Por países, este fenómeno ha sido muy generalizado, si bien el peso de la renta fija es notablemente más elevado en Francia. Aunque el proceso de desintermediación en la financiación de las empresas desde 2008 responde en parte a factores de carácter coyuntural, como la contracción de la oferta del crédito bancario durante la crisis o el Programa de Compra de Bonos Corporativos del Eurosistema (CSPP) puesto en marcha en marzo de 2016, también responde a otros de tipo estructural, como el desarrollo de los mercados de capital y su integración dentro de la Unión Europea, según el citado documento. Según el organismo presidido por Luis María Linde, el dinamismo de las emisiones podría explicar, al menos en parte, la ralentización de los préstamos bancarios de gran importe (más de un millón de euros). Además señala que, si las empresas de mayor tamaño desplazan sus decisiones de financiación a los mercados de renta fija, cabe esperar también que la introducción del CSPP tenga un efecto colateral positivo sobre la oferta de préstamos bancarios disponible para las empresas de menor tamaño. En la misma línea, el Banco de España recoge que el endeudamiento de las empresas de la Eurozona permaneció en niveles elevados. La combinación de un crecimiento moderado del PIB nominal y del aumento de los pasivos hizo que la ratio de endeudamiento se mantuviera estable cerca del 81% del PIB. En cambio, por países, el endeudamiento continuó descendiendo para un número importante de economías, como la española, pero no así pasa las más grandes, como Alemania y Francia.