Pese a la crisis económica iniciada en el año 2008, las empresas españolas han proseguido su proceso de expansión y consolidación internacional. Un dato significativo es el incremento continuado, año tras año, del número de empresas residentes en España (no ETVEs) con filiales en otros países, que ha pasado de 1.476 en 2004 a 2.170 […]
Dirigentes Digital
| 17 jul 2015
Pese a la crisis económica iniciada en el año 2008, las empresas españolas han proseguido su proceso de expansión y consolidación internacional. Un dato significativo es el incremento continuado, año tras año, del número de empresas residentes en España (no ETVEs) con filiales en otros países, que ha pasado de 1.476 en 2004 a 2.170 en 2008, alcanzado a finales del año 2012 la cifra de 2.700 empresas, de las cuales 2.051 estaban controladas por capital español (datos del Registro de Inversiones Exteriores).
Por otra parte, y a pesar de la drástica caída de los flujos de inversión directa en el exterior a partir de 2009, las filiales en el exterior de las empresas españolas han experimentado en su conjunto una evolución claramente positiva recuperando el crecimiento de su cifra de negocios y niveles de rentabilidad a partir de 2010. Esta es una de las conclusiones del 4º Informe del Observatorio de la Empresa Multinacional Española (OEME), promovido por ICEX y ESADE, con el apoyo de la Fundación PwC, que se ha presentado en Madrid y en el que se anticipa una tercera oleada de inversión en el exterior por parte de las grandes multinacionales del IBEX 35.
"La UNCTAD espera una recuperación de los flujos globales de inversión extranjera directa (IED), que alcanzarían 1,37 billones de dólares en 2015, 1,5 billones en 2016 y 1,7 billones de dólares en 2017 -comenta Xavier Mendoza, profesor de ESADE y director OEME-. Asimismo, este organismo proyecta que algo más de la mitad de los flujos mundiales de IED se dirigirán hacia las economías en desarrollo, especialmente en Asia". "Ello pone de relieve la importancia de que las multinacionales españolas sigan avanzando en la diversificación geográfica de sus operaciones en los países emergentes más allá de América Latina", añade Mendoza.
La creciente importancia de las filiales en el exterior
La evolución de la empresa multinacional española, en palabras del Xavier Mendoza, "ha representado un freno muy importante en el ritmo de inversión en el exterior de las empresas españolas en comparación con los años inmediatamente anteriores, en que se habían alcanzado volúmenes excepcionalmente elevados". Así, los flujos netos de Inversión Exterior Directa (IED) emitidos en el periodo 2009-2013 se redujeron a una quinta parte del volumen alcanzado el quinquenio anterior, circunstancia que comportara que la economía española deje de ser una de las principales emisoras de IED a nivel mundial y se posicione como un inversor mediano, el decimoquinto en 2013, en línea con su peso en la economía internacional.
La tendencia anterior contrasta con la evolución de las filiales en el exterior de las empresas españolas que fue, en términos agregados, claramente positiva. Tras la caída del comercio internacional y el parón de la economía mundial del año 2009 las filiales en el exterior recuperaron el crecimiento de su cifra de negocio y su rentabilidad volvió a niveles pre-crisis, en marcado contraste con la evolución experimentada con las empresas que operaban en el mercado español.
Asimismo, cabe destacar la importancia de la producción internacional de las filiales en el exterior, medida por su cifra de negocio, que a partir del año 2007 supera al volumen total de las exportaciones de bienes y servicios de la economía española, hecho especialmente remarcable si se tiene en cuenta la positiva evolución de las exportaciones españolas en estos últimos años. Merece especial mención la producción internacional de las filiales en el exterior que operaban en los sectores primario e industrial que evolucionaron de forma paralela a la de las exportaciones españolas de bienes. Estos datos apuntarían, al menos a nivel agregado, a que "la multilocalización productiva, especialmente en los grandes países emergentes, no sólo permite producir localmente con costes competitivos los bienes demandados por las clases medias, sino que también facilita a las empresas industriales españolas mantener la exportación productos de gama alta y mayor valor añadido", explica Xavier Mendoza, profesor de ESADE y director de OEME.
Cambios de estrategia tras 2008: sectores y países de destino
Tras el año 2008, y como consecuencia de las crisis, la cuarta edición del OEME recoge un giro en la inversión de la multinacional española tanto en lo referente a sectores de inversión y geografías como en lo referente a modalidades de inversión. En cuanto al primer factor, la drástica contracción de la inversión española en el periodo 2009-2013 en relación con 2004-2008 es generalizada prácticamente en todos los sectores destinos salvo en el caso de las actividades profesionales, científicas y técnicas, que experimentaron un crecimiento realmente notable. En cuanto a los sectores que vivieron una evolución más negativa, el informe identifica tres grupos: la industria manufacturera, la hostelería y las public utilities (suministro de electricidad y gas, suministro de agua, y telecomunicaciones), sectores todos ellos intensivos en capital.
En lo que se refiere a destinos geográficos de inversión, Xavier Mendoza destaca "la pérdida de la supremacía de los países de la UE-27 como destino mayoritario (del 79,1% en 2004-2008 al 32% en 2009-2013) y el creciente protagonismo de América del Norte y Latinoamérica (en especial Brasil) que terminaron absorbiendo el 23,5% y el 23,3%, respectivamente, de toda la IED neta del periodo 2009-2013". Por último, la inversión dirigida al resto de Europa, en especial Turquía, y a Asia y Oceanía también ganaron peso mientras que se desinvirtió en los países de la ampliación de la UE y en África, traduciéndose en flujos de IED neta de signo negativo.
El tercer cambio significativo en cuanto a estrategia es el que se deriva de la necesidad de mitigar los efectos de la fuerte restricción crediticia. Para ello, las multinacionales españolas optaron, a partir de 2009, por las operaciones de greenfield como modalidad predominante de inversión internacional, mientras que en el periodo anterior lo habían sido las adquisiciones.
Perspectivas a corto y medio plazo
"Algunos analistas plantean que bien pudiéramos estar a las puerta de la tercera oleada de inversión en el exterior por parte de las grandes multinacionales del IBEX 35 -comenta Mendoza-, pero más allá de posibles adquisiciones concretas que se puedan conocer existen una serie de aspectos clave que apoyan dicho pronóstico: la recuperación de la rentabilidad de las filiales en el exterior de las empresas de los sectores de energía, telecomunicaciones y servicios financieros; la disposición de muchas empresas a crecer mediante adquisiciones y el más fácil acceso a los mercados de capitales por parte de las empresas españolas debido a la bajada de la prima de riesgo y, por tanto, la reducción en los costes de financiación".
Pero las perspectivas no son optimistas para las multinacionales de menor tamaño, y en especial las industriales, en las que la cuarta edición del OEME no prevé incrementos significativos de IED a corto plazo. La razón principal es el deterioro de la rentabilidad de sus filiales en el exterior junto con la creciente presión competitiva ejercida por los productores de las economías emergentes.
En cuanto al destino geográfico de las inversiones en el exterior durante los próximos años, en el caso de las grandes multinacionales del IBEX-35 todo apunta a que la nueva fase de adquisiciones internacionales se destinará a complementar los activos que poseen las regiones en las que ya están presentes (principalmente Europa, América Latina y Estados Unidos) más que a incrementar su presencia en nuevas geografías.