El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que España crezca un 3,1%, mientras que Italia, aunque abandona la recesión, se "limitará" a un 0,7%. La media de la Zona Euro es del 1,5%, mientras que el repunte de Alemania se sitúa en el 1,6%. Sí, aún le queda mucho por recorrer, tanto para lo malo (reformas, […]
Dirigentes Digital
| 24 jul 2015
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que España crezca un 3,1%, mientras que Italia, aunque abandona la recesión, se "limitará" a un 0,7%. La media de la Zona Euro es del 1,5%, mientras que el repunte de Alemania se sitúa en el 1,6%. Sí, aún le queda mucho por recorrer, tanto para lo malo (reformas, ajustes…) como para lo bueno (potencial).
Ya en marzo, los analistas de Société Générale señalaban que tanto el Cac 40 francés como el Ftse MIB italiano "podrían beneficiarse del impulso reformista" en sus respectivos países. En este contexto, la entidad recomendaba un posicionamiento largo en el índice francés frente a uno corto en el alemán; y reducir la exposición a la renta variable española, favoreciendo la transalpina.
Por su parte, Andbank, durante la presentación de sus perspectivas para el segundo semestre el año, destacaba que tanto en renta fija como en variable Italia es "como una España retrasada, lo ha sido con la mejora cíclica y las reformas", por lo que la inversión en el país es "interesante y atractiva".
Al mismo tiempo, Capital Economics considera que "lista para crecer de nuevo", la experiencia de Madrid y Portugal ofrece "lecciones alentadoras" para Roma, que sugieren que "las recientes reformas estructurales del primer ministro, Mateo Renzi, podrían impulsar las exportaciones con bastante rapidez".
Sin embargo, estos expertos son cautos, pues "aún hay buenas razones por las que Italia todavía está lejos de alcanzar las tasas de crecimiento de España". Por ejemplo, su reforma laboral ha sido menos ambiciosa que la de sus "vecinas", mientras que la situación financiera de las empresas transalpinas es todavía demasiado débil.
"España y Portugal muestran que la combinación de reformas estructurales y debilidad económica puede generar presiones deflacionarias fuertes en la recuperación de un país. Como esto empeoraría la dinámica de la deuda italiana, las condiciones de crédito podrían endurecerse y el Gobierno verse obligado a aplicar aún más austeridad", añaden.