Según datos recopilados por Bloomberg, las entradas en la sesión posterior tras un movimiento corporativo sumaron 192.000 millones de dólares en 2015. Este año, la cifra solo suma 70.000 millones, la menor desde 2009. Es cierto que aún quedan muchos meses para el cierre del año, pero sin duda esta disminución de las operaciones supone […]
Dirigentes Digital
| 24 may 2016
Según datos recopilados por Bloomberg, las entradas en la sesión posterior tras un movimiento corporativo sumaron 192.000 millones de dólares en 2015. Este año, la cifra solo suma 70.000 millones, la menor desde 2009. Es cierto que aún quedan muchos meses para el cierre del año, pero sin duda esta disminución de las operaciones supone que el ciclo alcista camina por la cuerda floja. Especialmente si a este factor se suman a una economía que, aunque crece, lo hace por debajo de su potencial, y con la Reserva Federal anticipando una nueva subida de tipos para su próxima reunión de junio.
Los datos que maneja la agencia evidencian que las recompras de acciones anunciadas han caído un 38% en los últimos cuatro meses, mientras que el número de aumentos de dividendos es el más bajo desde 2009. El S&P 500 cae un 3,5% en los últimos 12 meses, y acumula un año entero (aunque muy cerca) sin tocar máximos históricos, un periodo de ‘descanso’ que solo ha tenido dos precedentes en los mercados alcistas pasados.
Los expertos recuerdan cómo otras fuentes que demuestran el buen estado de las empresas se están desacelerando también. Como el gasto de capital, que en el primer trimestre se contrajo al mayor ritmo de los últimos 7 años, después de registrarse el cuarto trimestre consecutivo de caída de beneficios y el quinto de disminución de ingresos.
Es cierto que la escasez de fusiones y adquisiciones este año puede tratarse de un fenómeno temporal, debido a la volatilidad del mercado y una estricta regulación que obliga a las empresas a destinar sus ‘reservas’ a otros fines. Sin embargo, las causas más comunes para este tipo de movimientos, como la necesidad de crecer, la acumulación de efectivo o los bajos tipos de interés, todavía siguen presentes en el mercado.
Por eso, los expertos advierten que, más allá de la caída de las operaciones en sí, el inversor debe fijarse más en el por qué de este descenso.