Los 53 millones de euros que tendrá que pagar Toshiba suponen la mayor sanción impuesta por el regulador financiero de Japón en un caso de fraude contable. La cúpula directiva de la compañía tecnológica nipona infló las cuentas de la empresa durante siete años (desde 2008 a 2014) en casi 2.000 millones de euros. El […]
Dirigentes Digital
| 18 nov 2015
Los 53 millones de euros que tendrá que pagar Toshiba suponen la mayor sanción impuesta por el regulador financiero de Japón en un caso de fraude contable. La cúpula directiva de la compañía tecnológica nipona infló las cuentas de la empresa durante siete años (desde 2008 a 2014) en casi 2.000 millones de euros.
El departamento encargado de supervisar los mercados de valores, que forma parte de la Agencia nipona de Servicios Financieros (FSA), ha decidido sancionar de este modo a la corporación tras llevar a cabo una investigación en profundidad sobre el caso, que se ha llevado por delante al entonces CEO, Hisao Tanaka y a todos sus hombres de confianza.
Olympus
Pese al gran volumen del escándalo, no es la única vez que el regulador japonés se ha tenido que enfrentar a un fraude así. En 2012, otra compañía tecnológica japonesa, Olympus, denunció a varios de sus altos cargos y ex altos ejecutivos por maquillar unas pérdidas de más de 2.100 millones de dólares en la década de los 90. La demanda exigía más de 46.000 millones de dólares en compensación por lo ocurrido.
El fraude fue descubierto después de que el fabricante de cámaras y productos de óptica despidiese al director ejecutivo Michael Woodford cuando el inglés cuestionó pagos dudosos entre sus ejecutivos, en concreto 687 millones de dólares que Olympus les pagó, en comisiones, a consejeros financieros en el proceso de adquisición de la compañía británica de equipos médicos Gyrus.
WorldCom
El caso WorldCom, que supuso la mayor quiebra empresarial de la historia de Estados Unidos, salió a la luz en el verano de 2002, cuando una auditoría interna reveló que habían contabilizado de forma irregular más de 4.000 millones de dólares en gastos.
WorldCom era la segunda mayor compañía telefónica de larga distancia del país, construida en los años 90 a base de fusiones y adquisiciones propiciadas por su fundador, Bernard Ebbers. En el punto más alto del ‘boom’ de las telecomunicaciones WorldCom estaba valorada en 180.000 millones de dólares, y tenía 80.000 empleados. Ebbers tenía una fortuna personal de 1.400 millones de dólares.
La pérdida de la libertad es el precio que tuvo que paga el fundador de la desaparecida WorldCom, por participar en el masivo fraude contable que en julio de 2002 arrasó con la compañía telefónica y los ahorros de miles de inversores. Un juez lo condenó a 25 años de cárcel por haber causado un agujero de 11.000 millones de dólares.
AOL
The Washington Post fue el encargado de levantar la sospecha sobre la compañía Internet América Online (AOL). En 2008, la SEC, el regulador del mercado de valores estadounidense presentó una demanda civil ante un tribunal de Nueva York contra John Michael Kelly, ex director financiero de AOL Time Warner; Steven E. Rindner, antiguo ejecutivo senior de la división de asuntos empresariales de la compañía; Joseph A. Ripp, ex director financiero de AOL; y Mark Wovsaniker, antiguo responsable de política contable.
La demanda alegaba que al menos desde mediados del año 2000 y hasta mediados de 2002 los cuatro acusados idearon, supervisaron y ejecutaron transacciones fraudulentas en las que facilitaban fondos para adquisiciones publicitarias en Internet a compradores que no querían o no tenían necesidad de ello. Esta contabilidad "poco convencional" ayudó a la compañía a mejorar sus ventas de publicidad en 270 millones de dólares.
Gowex
Mucho más cerca tenemos el caso Gowex. Un contundente informe de la firma estadounidense Gotham City Research, difundido el 1 de julio de 2014 y en el que valoraba las acciones de la empresa tecnológica española en 0 euros, alteró por completo su existencia. Durante casi 10 años, la compañía española de Internet Let’s Gowex SA afirmaba ganar dinero ofreciendo wifi gratuito en ciudades de todo el mundo. Tras el informe se desveló que la mayoría de los contratos nunca existieron. El consejero delegado y fundador de Gowex, Jenaro García Martín, utilizó diversas estratagemas para engañar a empleados de la compañía, inversores y reguladores y terminó en la cárcel. El empresario explicó al juez cómo utilizó una red de unas 20 empresas pantalla para dar la imagen de un flujo de negocios y contratos, la mayoría falsos, con el fin de captar inversores.
Gowex, que llegó a valer en bolsa cerca de 2.000 millones de euros, ha presentado concurso de acreedores y el juez sigue investigando si desvió fondos al extranjero.