El reto demográfico fue el epicentro de la participación de Inverco en la Comisión. Y no es para menos. Tal y como recuerdan desde la asociación, desde 2020 empezarán a jubilarse los nacidos en la segunda mitad de los años 50, y a continuación los nacidos en la década de los 60 y de los […]
Dirigentes Digital
| 09 feb 2017
El reto demográfico fue el epicentro de la participación de Inverco en la Comisión. Y no es para menos. Tal y como recuerdan desde la asociación, desde 2020 empezarán a jubilarse los nacidos en la segunda mitad de los años 50, y a continuación los nacidos en la década de los 60 y de los 70. En aquellos 25 años (período1955-1980), nacieron en España una media anual de 650.000 personas, frente a los 550.000 de principios de los cincuenta o a los 450.000 anuales de los años 80 ó los 350.000 de los noventa. Es lo que se denomina el “baby boom”. Por lo tanto, desde 2025 a 2045 se jubilarán un número excepcionalmente alto de españoles, con salarios medios más elevados y con esperanzas de vida crecientes en el momento de la jubilación, lo que va a presionar significativamente al alza el gasto en el sistema. Con el objetivo de desarrollar la previsión social mediante los planes de pensiones, y para acercarse al sistema mixto por el que abogan en la asociación (reparto y capitalización), Inverco propone 13 medidas de carácter financiero y 10 de carácter fiscal, desglosadas en cuatro bloques: mejora de la educación financiera, desarrollo de los Planes de Pensiones en las empresas, mejora del régimen de aportaciones y prestaciones y una última, de mejora de la competitividad y de simplificación operativa de los Fondos de pensiones. Educación financiera Especial hincapié hacen en lo referente a la educación financiera, en una crítica al Gobierno por no haber cumplido con su promesa de enviar la famosa carta a los ciudadanos con la estimación de la pensión futura. “Debe publicarse ya por el Gobierno el Real Decreto para enviar, y subrayo de nuevo, enviar (no basta la mera puesta a disposición), la comunicación de la pensión estimada a los trabajadores, así como la remisión, por el Gobierno, a este Parlamento del informe para promover el desarrollo de la previsión social, ambas medidas ya aprobadas en la Ley 27/2011 y todavía pendientes de cumplirse”, explicó Martínez-Aldama ante los diputados. En el ámbito de las pensiones en las empresas, abogan por la puesta en marcha de una reforma similar a la del Reino Unido, donde los planes de empleo están mucho más desarrollados y no se obliga a los trabajadores a incorporarse a lo ofrecido por la empresa, ya que pueden optar por darse de baja, ni tampoco desvía obligatoriamente una parte de las cotizaciones del sistema de reparto al de capitalización (2,5% del salario en el caso de Suecia). Del mismo modo, apuestan por promover los planes de pensiones en las pymes, ya que sólo el 0,3% de las pequeñas empresas en España es promotora de un producto de estas características, y sólo el 4% de los partícipes de planes de empleo, lo son de pymes. Fiscalidad “Adicionalmente, y en materia fiscal, deben restablecerse por un lado, la deducción del 10% en el Impuesto de Sociedades, eliminada en 2007, a las empresas que realicen aportaciones a planes a sus trabajadores, y por otro, restablecer la exclusión en la base de cotización de la Seguridad Social del importe de las aportaciones de las empresas que, desde 1987 y hasta 2013, jamás estuvieron incluidas en la base de cotización y que significa un incremento del 30% del coste a las empresas”, indica Martínez-Aldama. En un tercer bloque, denominado ‘mejora del régimen de aportaciones y prestaciones’, Inverco destaca la exoneración de la plusvalía generada en la venta de inmuebles si el dinero de la venta, hasta un límite de 240.000 euros, se coloca en planes de pensiones, y cuyo cobro de la prestación sea en forma de renta financiera a largo plazo, como ya existe actualmente para las rentas vitalicias. “Con ello, se amplían y mejoran las opciones de cobro para los ahorradores, especialmente en momentos como los actuales de bajos tipos de interés”, indican desde la asociación. Del mismo modo, explican que lo ideal sería que en el momento de recibir la prestación, sólo debería tributar al marginal del IRPF la parte referida a las aportaciones realizadas, mientras que los rendimientos generados lo deberían hacer al tipo mínimo de la base del ahorro.