Desde Bankinter adoptan lo que denominan "proactividad prudente". Es decir, recomiendan acompañar la evolución del mercado en lugar de intentar anticiparlo con movimientos bruscos, ya que estos podrían llevar a "cometer errores". Esta nueva situación también puede generar oportunidades de medio plazo y conviene tener presente que, "para poder beneficiarse de las oportunidades que ofrece […]
Dirigentes Digital
| 29 jul 2016
Desde Bankinter adoptan lo que denominan "proactividad prudente". Es decir, recomiendan acompañar la evolución del mercado en lugar de intentar anticiparlo con movimientos bruscos, ya que estos podrían llevar a "cometer errores". Esta nueva situación también puede generar oportunidades de medio plazo y conviene tener presente que, "para poder beneficiarse de las oportunidades que ofrece un mercado es necesario mantener cierta exposición al mismo.
Para Bankinter lo importante es elegir "calidad antes que crecimiento, nombres antes que sectores". Nos movemos moderadamente hacia compañías más aburridas, predecibles y con poca deuda (Inditex, REE, Enagás, Adidas, Nestlé o Carrefour) y reducimos o salimos de otras de perfil de riesgo superior y/o expuestas a Reino Unido (bancos, seguros, Telefónica, Iberdrola, etc.)", añaden. Todo ello, eso sí, sin "sin abandonar totalmente aquellas que por su perfil de riesgo están siendo especialmente castigadas, pero cuyos fundamentales sean buenos y no permitan esperar una recuperación una vez que el mercado se normalice. Ejemplos de esto último son Mediaset, Cie Automotive, Siemens o Philips".
Saxo Bank cree que operar en los mercados será "navegar una volatilidad cada vez mayor, entender cómo el nuevo contrato social creará más cambios y aceptar que la economía mundial, incluso Estados Unidos, volverá a coquetear con la recesión". Consideran estos expertos que habrá "más turbulencias e incertidumbre".
Mientras tanto, en renta variable, la firma apunta a los perifericos europeos como principales perdedores, a los que se suman Australia, Noruega, Reino Unido y Canadá, "debido a su exposición cíclica a las commodities". Al mismo tiempo el S&P 500 y el índice suizo, "a pesar de sus múltiplos de valoración elevados, probablemente obtengan de nuevo mejores rendimientos debido a su estatus de refugio seguro frente al resto de los mercados de renta variable desarrollados". En cuanto a la renta fija, consideran que los mejores rendimientos se encuentran en los mercados emergentes. "Latinoamérica en su conjunto parece estar mucho mejor, y la mayor parte de los países ha tenido buenas ganancias de capital y entrada de flujos en los últimos seis meses", destacan.
Finalmente, en el plano de las materias primas, en Saxo Bank consideran que los riesgos para el petróleo están sesgados a la baja y su potencial al alza por encima de los 50 dólares es "limitado". Por el contrario, ven la posibilidad de que el oro avance hasta los máximos de 2014, en los 1.400 dólares la onza.
A la hora de invertir, JP Morgan AM lo tiene claro: "Nos gusta el crédito", ante el escaso valor de los bonos soberanos, donde no ven oportunidades, pero sí en deuda corporativa, tanto con grado de inversión (en primer lugar) como en high yield, cuyas valoraciones son razonables. Y siendo "muy selectivos" con el tema de la energía, destacando que Europa tiene mucha menos exposición a este sector.
En lo que respecta a la renta variable, las carteras mixtas priman mercados desarrollados frente a emergentes y Estados Unidos frente a Europa, pues la "gran subida del dólar ya se ha producido" y el petróleo se ha estabilizado, lo que debería conducir a una mejora de los resultados corporativos. Su consejo, en cualquier caso, es un "enfoque diversificado, añadiendo estrategias como la deuda corporativa.
En BlackRock Investment Institute, respecto al mercado de renta fija, indican que para proteger carteras y cubrir pasivos, la inversión ideal es la deuda pública de alta calidad, olvidando la que cotiza en negativo como la alemana y apostando por los bonos del Tesoro estadounidense.
En deuda corporativa, el BlackRock Investment Institute cree que los bonos con calificación Investment Grade son una inversión interesante. "Los diferenciales de la deuda High Yield estadounidense podrían ampliarse a medida que aumenten las primas de riesgo e iliquidez dada la incertidumbre económica desencadenada por el Brexit, si bien las posibles ventas masivas podrían brindar oportunidades de compra", aseguran.
En Europa, prevén que el BCE adquiera entre 4.000 y 5.000 millones de euros en deuda corporativa cada mes en el mercado primario este año, prácticamente el 15% de las emisiones mensuales estimadas, y otros 1.000 millones de euros al mes en los mercados secundarios. "Este programa resulta especialmente favorable para la deuda con calificación Investment Grade de mayor calidad, el objetivo de las compras del BCE".
En renta variable, desde BlackRock piden ser más prudentes, especialmente en la europea, "debido a la percepción negativa del riesgo, las elevadas valoraciones y el escaso crecimiento de los beneficios".
Desde Bestinver explican que "las horas de análisis y el momento de decisión deben estar separadas del momento de ejecución de compra". Una apuesta por el largo plazo que también les ha permitido encontrar oportunidades tras el Brexit diferenciando entre 3 clases de compañías. Por un lado, aquellas que se benefician de la victoria del 'Sí' con ventas en moneda extranjera pero con la mayor parte de sus costes en libras, como Rolls Royce. Por otro, apostar por empresas que operan domésticamente pero no están ligadas al ciclo, como Greggs (el Starbucks de bajo coste londinense). Y por último, desechar empresas con exposición al ciclo. "Es una irresponsabilidad pensar que no pasa nada con el Brexit", sentencian los expertos.
Entre las más recientes incorporaciones en renta variable europea, destaca B&M o Just Eat, así como las españolas BME o Mapfre en su cartera ibérica. La gestora prefiere mantenerse al margen del sector bancario, afectado por "el riesgo regulatorio, el riesgo de crisis de beneficios en un entorno de tipos en mínimos y la irrupción tecnológica con nuevos competidores, especialmente en la parte de pagos".
Fijándonos en las divisas, los expertos de Fidelity están sobreponderados en el dólar estadounidense frente a la libra esterlina, donde cerraron su posición vendedora en las fechas previas al referéndum, para reabrirla inmediatamente después.
En otras monedas, su visión sobre el dólar australiano es negativa. "El crecimiento y la inflación se han debilitado y el banco central del país ha recortado los tipos de interés por primera vez desde el pasado verano", advierten. También prefieren el dólar canadiense frente al australiano, ya que las perspectivas del petróleo son mejores que las de los metales industriales.