Trump, el Brexit, el riesgo político en Europa, la volatilidad de las divisas, las dudas sobre los emergentes, la inestabilidad de petróleo, las nuevas expectativas de inflación y el próximo paso de los bancos centrales… No son pocas las nubes que ‘enturbian’ el horizonte inversor. Múltiples interrogantes en un entorno de rentabilidades escasas y de […]
Dirigentes Digital
| 28 nov 2016
Trump, el Brexit, el riesgo político en Europa, la volatilidad de las divisas, las dudas sobre los emergentes, la inestabilidad de petróleo, las nuevas expectativas de inflación y el próximo paso de los bancos centrales… No son pocas las nubes que ‘enturbian’ el horizonte inversor. Múltiples interrogantes en un entorno de rentabilidades escasas y de riesgos elevados. Nunca ha sido sencilla la tarea de ‘construir’ una cartera de inversión, pero el devenir de los acontecimientos, especialmente desde el verano, lo hace cada vez más complicado. Pero, Malie Conway, CIO de renta fija global de Allianz Global Investors, tiene una idea clara: las oportunidades que ofrecen los mercados de crédito globales. “Un gestor de bonos global puede optar por invertir en una variedad de entornos macro en diferentes países y mercados que ofrecen un amplio espectro de retornos”, afirma. Y las investigaciones académicas apuntan a que cuanto mayor es el conjunto de oportunidades también es mejor la rentabilidad ajustada el riesgo. Por ejemplo, indica, ampliar el espectro de inversión a bonos no denominados en euros es una “forma sencilla de agregar una serie de opciones atractivas”. Además, añade, debemos ser conscientes de que “ningún mercado es consistentemente el mejor o el peor”. Así las cosas, “más allá del impresionante abanico de opciones disponible en los mercados de crédito desarrollado, los emergentes incrementan aún más la posibilidad de ofrecer potencial adicional del alfa”. Explica esta experta que “la deuda corporativa de estos países se ha convertido en una de las clases de activos más prometedoras, ante la favorable demografía y el crecimiento de la clase media. Ayudadas por la maduración de las institucionales y la apertura de sus mercados”. Por otra parte, añade, “en el actual contexto de vínculos globales, puede actuar como diversificador pues su ciclo es diferente. Es más, destaca, “el crédito global tiene una correlación más baja con respecto a la renta variable que el doméstico, especialmente en la Zona Euro”. Finalmente, llama la atención sobre el potencial de la deuda high yield, que cuenta con más de 3.000 empresas emisoras: 2.000 estadounidenses, 300 europeas. “Esto proporciona a los gestores activos una gran oportunidad para elegir entre diferentes divisas dentro de las mismas estructuras de capital”, detalla.