Todos los años algunos analistas realizan sesudos estudios sobre los eventos improbables para el siguiente ejercicio. Interesante sin duda análisis, pero también en demasiadas ocasiones improductivo. Aunque, ¿quién ha dicho que temer lo desconocido no tenga sentido? Pero, ¿prepararse para ello? Yo en concreto prefiero prevenirlo, si es posible. La postura anterior en el mundo […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Todos los años algunos analistas realizan sesudos estudios sobre los eventos improbables para el siguiente ejercicio. Interesante sin duda análisis, pero también en demasiadas ocasiones improductivo. Aunque, ¿quién ha dicho que temer lo desconocido no tenga sentido? Pero, ¿prepararse para ello? Yo en concreto prefiero prevenirlo, si es posible.
La postura anterior en el mundo de la inversión tiene un nombre: apostar a la contra. Apostar es sinónimo de especular; la inversión siempre tiene algo de especulación. Lamentablemente, las estrategias de llevar la contraria al mercado no han sido muy acertadas en los últimos años. Yo, ya lo saben, parto de la máxima de que el mercado siempre tiene razón. Con la información disponible. Aunque, siempre hay excepciones en las que se puede ganar mucho dinero. Pero no es fácil. De hecho, tampoco en este ejercicio que tantos sinsabores deja entre los inversores se ha logrado. Pero, lo cierto es que este año, salvo sorpresas casi excepcionales de última hora, nos deja sin una clara estrategia de inversión exitosa. No al menos una estrategia que haya sido consistente en el tiempo. Solo la de retirarse a tiempo. Aunque, ¿cómo saber cuál es el mínimo de mercado? ¿cómo no dejarse llevar por las corrientes compradora o vendedora?.
Llevar la contraria… ¿saben cuándo ha sido una estrategia de este tipo exitosa? Siempre que se ha producido en un contexto de cambio de tendencia económica. Al alza o a la baja. ¿Estamos ahora en este escenario? les anticipo que son varias las personas que ya me han dicho que el próximo año sería muy negativo para el crecimiento mundial. Incluso no hace ni un mes que compartí estrado con otros dos economistas para hablar de las perspectivas económicas y financieras para 2016, uno de los cuales estaba totalmente convencido de que se nos avecinaba una recesión. Yo no, aunque nunca se puede estar al 100% seguro. Pero sí al 95%, más o menos. De hecho, creo que la Fed y el resto de los bancos centrales también parecen compartir mi opinión. La Fed al subir (¿o debería decir al inicial?) los tipos de interés; el BCE al no poner más leña en el fuego con respecto a medidas monetarias expansivas; el BoJ y el realmente el resto de las autoridades monetarias centrales, incluido el Banco Central de China, al rechazar por el momento continuar con su relajación monetaria. Al final, todos parecen considerar que el escenario económico mundial futuro no sufrirá grandes sobresaltos, los que les lleva a proceder con calma. Demasiada calma para algunos; quizás demasiado confiados, para la minoría a la que me refería al principio.
Pero, son ya tres años de fracaso en las estrategias de ir contra la tendencia de fondo del mercado. Aunque, en los dos anteriores, fue casi una obviedad el fracaso puesto que la tendencia de subida era clara y su "defensa" por los bancos centrales firme. En este 2015 que estamos a punto de cerrar, ya no está tan claro nada de lo anterior. De hecho, un mercado ha sido el más claro exponente del fracaso de esta estrategia de buscar la ruptura de la tendencia. ¿Saben a qué me refiero? Las materias primas. Un mercado no financiero, pero que se ha visto sacudido por la desconfianza de los inversores financieros y sin que las autoridades económicas mundiales hayan podido (o querido) limitar su caída. Pero, les anticipo que será de nuevo este mercado especialmente el que centrará de nuevo las apuestas más claras para 2016. ¿Será por fin esta vez?
Y no sólo de las commodities: algunos inversores ya comienzan a valorar la posibilidad de que los mercados emergentes, fuertemente castigados, sean ya el próximo año una buena oportunidad de compra. Incluso lo sea en términos relativos a los mercados desarrollados.
¿Mi opinión? Demasiado pronto para los mercados emergentes. Quizás no tanto para las materias primas, aunque no se puede descartar que puedan bajar más a corto plazo. Es más: les auguro que en 2016 la incertidumbre puede llevar a cambiar de opinión entre los inversores varias veces. Pero, eso sí, el hecho de que cerremos 2015 en negativo en las Bolsas y tipos de interés/crédito más bajos ofrece sin duda un buen punto de partida para beneficiarnos de la tendencia alcista de fondo. Al menos, espero, en la primera mitad del año. Luego, veremos.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.