El desconocimiento de los peligros en la red supone pérdidas millonarias cada año a las empresas, llegando a superar la cifra de los 100 millones en los peores casos. Willis Iberia, empresa especializada en servicios profesionales de seguros y reaseguros, de gestión de riesgos, consultoría financiera y de recursos humanos, ha creado Willis FINEX Global, […]
Dirigentes Digital
| 22 jun 2014
El desconocimiento de los peligros en la red supone pérdidas millonarias cada año a las empresas, llegando a superar la cifra de los 100 millones en los peores casos. Willis Iberia, empresa especializada en servicios profesionales de seguros y reaseguros, de gestión de riesgos, consultoría financiera y de recursos humanos, ha creado Willis FINEX Global, un departamento específico para combatir dichos riesgos.
Hoy en día es imposible pensar en la posibilidad de trabajar sin un ordenador, tableta o dispositivo electrónico, pero no nos damos cuenta del peligro que estas herramientas pueden suponer. Está muy extendida la idea de que solo las empresas de e-commerce y las compañías que realizan transacciones en Internet tienen que preocuparse de los ciber riesgos, pero la realidad es muy distinta ya que, como apunta Carolina Daantje, finex en Willis Iberia, "todas las empresas que almacenan datos de carácter personal, que dependen de redes informáticas o telefónicas, que mantienen información digital o que simplemente utilizan Internet, deben afrontar estas exposiciones". El sector minorista, hotelero, aéreo, financiero y de la comunicación, entre otros, son los que más a menudo se enfrentan a riesgos de este tipo.
Existe gran variedad de peligros en la red, pero entre los más importantes destacan la violación de la privacidad, los riesgos multimedia, la ciber-extorsión y los fallos en la red. El más conocido y común de todos ellos es la violación de la información. Este tipo de riesgo se produce de diversas maneras, pero todos ellos tienen algo en común: la extraordinaria cuantía de los costes en los que incurre la compañía que debe hacer frente a ellos.
Por otro lado, la cifra de riesgos multimedia y de ciber-extorsión va en aumento. Las redes sociales se han convertido en un pilar fundamental de las compañías, pero de su uso también han derivado ciertos peligros; el contenido generado por el usuario y el envío de contenido no autorizado han provocado un drástico incremento de las reclamaciones por difamación online y por violación de la propiedad intelectual. Por su parte, la ciber-extorsión se presenta de varias formas: ataques DoS y ransomware, una herramienta de encriptación de datos que permite al delincuente chantajear a la empresa a cambio de la desencriptación de los mismos.
Existen soluciones para evitar que estos riesgos afecten a las empresas, pero lo más importante es estar familiarizados con ellos, de cara a saber cómo afrontarlos.
El sector del retail lidera el ranking de riesgos
Cada vez son más las barreras que se ponen para evitar ciber riesgos, de modo que los ciber criminales han optado por redefinir su estrategia y centrarse en fuentes que les aporten gran variedad de datos en un solo ataque. Este es el caso del sector retail, un sector que cuenta con gran cantidad de datos de sus clientes, lo que le expone mucho a este tipo de riesgos.
Erica Constance, directora de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones de FINEX Global, señala que "Los datos demuestran que en el último año, 40 empresas del sector retail, en 10 países diferentes, han sufrido ciber ataques que han dado lugar a la perdida de grandes cantidades de datos sobre las tarjetas de crédito de sus clientes".
Los ciber ataques que sufre este sector no solo se centran en el robo de datos, sino que además, estas empresas se exponen a ataques DoS, es decir, caídas del sistema. Bloquear el servidor de una empresa de comercio electrónico o el sistema de los puntos de venta puede suponer pérdidas millonarias ya que, además de perder beneficio durante el tiempo que dure el ataque, puedes perder clientes que prefieran comprar en otro sitio.
Además de los costes legales que estos ataques suponen y los costes económicos, estos ataques pueden destruir la reputación de una empresa. Como señala Erica Constance, el cliente tiene miedo a que sus datos se vean expuestos, de modo que "Perder esa información, o que se falle en la protección de la misma, puede provocar daños irreparables en la imagen de marca de una empresa".